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Confiesan violación en video… se burlan y siguen libres
A casi un año de haberse iniciado la investigación ministerial 592/15/1ESP/VER/05 en contra de cinco jóvenes que integraban la banda de ‘Los Porkys’, por el delito de abuso sexual en contra de una menor, el padre de la víctima clama justicia.
Mi hija fue subida a un auto contra de su voluntad, fue privada de su libertad, fue incomunicada, vejada, fue abusada sexualmente y violada”, relató Javier Arturo Fernández en carta abierta.
Culpa a Enrique Capitaine Marín, hijo del exalcalde de Nautla Felipe Capitaine, y a Jorge Cotaita Cabrales, Diego Cruz Alonso y Gerardo Rodríguez Acosta, hijos de empresarios, de la barbarie en contra de su hija. Involucrado a Felipe Capitaine, todos gozando de libertad.
De acuerdo a los señalamientos de Fernández Torres, hizo pública la violación debido al desprestigio en redes sociales que, asegura, encabezaron las familias de los agresores y al daño psicológico que ocasionaron a su hija.
Esta carta la dirijo, a pesar de mi inmensa pena y dolor, a la opinión pública para enterar lo que han hecho las familias de los involucrados que, a pesar de saber lo que sucedió, a pesar de haber hablado conmigo, de haberse consternado por la tragedia, de haber reconocido los hechos, de haber filmado videos donde sus hijos se disculpan con mi hija por el gran daño que le hicieron, a pesar de todo esto, se han encargado de atacar, difamar y calumniar inmisericorde e inmoralmente a la víctima, con tal de evitar que sus hijos asuman su responsabilidad por el delito que cometieron”.
Dijo que el día que ocurrieron los hechos, los jóvenes “subieron a su hija contra su voluntad en la parte de en medio del asiento de atrás del auto y era custodiada por Jorge Cotaita por un lado (atrás del conductor) y Diego Cruz por el otro (atrás del copiloto). Estos dos sujetos le jalaban la ropa y la manoseaban por debajo de la falda, tocándole sus pechos y partes íntimas.
Ella les insistió que no lo hicieran, que no quería eso, pero ellos entre burlas y agresiones seguían haciéndolo mientras Enrique Capitaine manejaba a toda velocidad y Gerardo Rodríguez era copiloto.
Todo ese tiempo, ella trataba de calmarlos y hacerlos entrar en razón pero no lo logró”.