Con la muerte en los talones

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Con la muerte en los talones

En Coahuila hay exgobernantes que caminan y se mueven arrastrando la muerte en sus talones. Y será porque le “sonrieron al crimen, porque lo vieron y no lo atacaron, porque se sentaron a su mesa a codearse con él, porque recibieron de él el permiso de vivir”. Y cierto es que durante sus gobiernos Coahuila fue paraíso de un cártel, y eso, por acción u omisión, también los hace responsables de sus crímenes.

Por eso decimos que llevan la muerte en los talones esos que permitieron los crímenes y las desapariciones, que hicieron de nuestra entidad una plaza con sus “madres de mayo”, de junio y de todos los meses del año que buscan a sus hijos hasta debajo de las piedras, las que nunca olvidarán.

Porque incontables son los desaparecidos y desaparecidos están los incontables. Porque miles es una incontable cifra cuando se trata de seres humanos. Porque incontable es el dolor, incontable es la angustia, incontable el sufrimiento.

Porque son miles los que ya no están y cuya ausencia es una erosión trágica e irremediable de lesa humanidad. ¿Quiénes son los responsables? ¿Por qué siguen en total impunidad?

Y es cierto, esos que tenían la obligación de protegernos hoy son fáciles de identificar porque gozan de una inmensa fortuna mal habida, hecha en base al dolor ajeno, a la sangre derramada, al secuestro, el robo y la extorsión. Véalos usted, todos ellos viven en residencias fuera de lo común. Después de vivir en el “callejón del Diablo” hoy tienen que tumbar paredes de sus mansiones para poder meter las inmensas pantallas de televisión, las más grandes del mundo que han podido conseguir.

El otro matarife (es que en verdad siempre ha parecido un vulgar tablajero), que pasó por todos los puestos del poder, desde Educación a Finanzas, desde la secretaría del Trabajo a la de Gobierno, el de la volada sobre los “narcoreporteros” y que levantaba el dedo índice admonitorio, véalo hoy pasearse con escoltas a granel, lo que para él es un orgullo, una distinción digna de un corrido de pistolero famoso.

Ellos, como decían los griegos, son animales peligrosos, poco fiables, crueles y vengativos, y es muy posible que la emprendan contra el que esto escribe, más aún si les recurada la masacre de Allende, los hornos crematorios o su señalamiento de criminales ante la Corte Penal Internacional.

¿Acaso la renuncia de Rubén Moreira al PRI tiene que ver con algún requerimiento que muy pronto llegará desde La Haya?

Está en boca de todos, Jairo Calixto Albarrán dijo en Milenio respecto a la renuncia intempestiva del PRI: “Y como están las cosas, hasta al hermano favorito de don Humberto le van a querer cargar algún muertito, la megadeuda que deben pagar los coahuilenses o alguna relación extraña con los de la última letra…”.

Y es que esos, los que ahora arrastran la muerte en sus talones fueron parte de un régimen que construyó sus propias ruinas. Lo hicieron destruyendo las obras que otros nos legaron. Como fue la deuda cero, la paz y la tranquilidad. Que nadie los olvide. Que no haya impunidad. Para que no se reciclen, que no se autoliberen. Para que no se rediman a sí mismos. Para que nunca vuelvan a gobernar.