Con el frío, ni las ideas fluyen...
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Con el frío, ni las ideas fluyen...
Nunca como hoy me está costando tanto escribir una crónica.
De veras, llevo ya casi una hora rebanándome los sesos, y nada.
Por qué será, eso es lo que yo quisiera saber.
Había pensado escribir de cuando se murió mi perra “Simona”, una especie de chihuahua cruza con pequinés y árbol bonsái, un encanto, si viera, pero pos como que no me late.
Había pensado escribir también de cuando en mi barrio había una tiendita de venta de drogas y el tendero estuvo a punto de ser timado por un chico gay con halo de princesa, que le ofreció su cuerpo a cambio de unos gramos de coca, pero el tendero se llevó el chasco de su vida cuando descubrió lo que el homosexual se traía entre piernas.
Había pensado escribir acerca de un anciano taxista que la otra vez me decía: “n’ombre si en el taxi me sobran nalgas, lo que me falta es garrote”.
O de una prostituta de la zona roja, que se negó a que nuestro fotógrafo Roberto Armocida, le tomara una gráfica ni de espalda porque, dijo, que todo Saltillo le conocía ya hasta el cul...
E iba a escribir sobre la Navidad, sobre diciembre y sus posadas, pero está tan choteado que, mejor dije, no.
Ya pasó más de una hora que estoy sentado aquí, frente a mi laptop, ante la imponente hoja en blanco del Word, pero nada.
Ya pasó más de una hora y he visto a salir a Israel Bautista, el compañero de Deportes, que va a cubrir el AFAIS,
Ya ha pasado más de una hora, y estoy escuchando el tecleo frenético de nuestro crítico estrella Carlos Díaz.
Y a mí que no se me ocurre nada.
Ya pasó más de una hora, y he visto a mi compa, el fotógrafo Héctor García “Tetos”, haciéndose bola con la agenda de los eventos.
Ya pasó más de una hora, y he visto llegar a la buena de Bety, la siempre eficiente y solícita asistente de Redacción, pero nada.
Ya ha pasado más de una hora, y no veo llegar la mía.
¿Será la temporada?, no sé, ¿será el clima?, ¿será la polución?, quién sabe.
Espero en Dios que sólo se trate de una leve crisis creativa, porque imagínese, ¿qué voy a hacer?
En tanto seguiré aquí drebanándome los sesos.
Hasta el martes que viene…