Comprendiendo las Cifras del Empleo en México
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Comprendiendo las Cifras del Empleo en México
El pasado jueves 1° de Mayo, el IMSS informó que durante el primer cuatrimestre del año se crearon 455 mil 651 empleos, registrado con ello un aumento de 12.7% respecto a las plazas generadas en el mismo período del año pasado. Desde que se tienen registros por parte del IMSS, resulta que es el mayor incremento para un primer cuatrimestre.
Por otro lado, a finales del mes pasado, el INEGI dio a conocer que la tasa de desempleo durante el mes de marzo ascendió a 3.2% de la Población Económicamente Activa (PEA). Su mejor nivel en doce años.
¿Cómo interpretar ambas cifras?, ¿son indicadores complementarios o habrá que analizar a cada uno por separado, en función de que son generados por diferentes instituciones? ¿Cuándo es oportuno utilizar una u otra?
Desde luego que es necesario, a fin de realizar un análisis minucioso sobre el tema, poner en contexto los resultados y darle la justa dimensión a estas cifras. Para ello es importante antes que nada aclarar un poco la taxonomía de la población en términos de empleo.
La población total se divide en dos, aquella que tiene edad para trabajar (con 15 o más años de acuerdo con la Ley Federal del Trabajo) y la que no cuenta con la edad suficiente para ello.
Del primer segmento, es decir quienes si cuentan con edad para laborar, se desprenden dos grupos.
Por un lado están aquellos que teniendo edad para trabajar, por su condición no pueden o simplemente no les interesa incorporarse al mercado laboral.
Piense en el caso de personas con discapacidad, estudiantes, amas de casa, o de plano aquellos quienes no desean hacerlo. A este grupo se le conoce como Población Económicamente Inactiva (PEI).
Por otra parte, están quienes teniendo edad para trabajar, buscan incorporarse al mercado laboral, realizando acciones para ello, independientemente de si logren emplearse o no. Este sector es el famosamente conocido como Población Económicamente Activa (PEA). Desde luego, en la PEA solo existen dos posibilidades, aquellos quienes encontraron una ocupación (ocupados u empleados) y quienes no (desempleados).
La tasa de desempleo resulta de dividir el número de personas desempleadas entre la PEA. Nótese que ésta puede subir ya sea porque hubo personas que perdieron su empleo, o bien porque hubo quienes se incorporaron a la PEA sin éxito (buscaron trabajo y no lo encontraron). A la inversa, el desempleo puede disminuir, sea porque hubo personas que encontraron empleo, o bien porque quienes no encontraban, decidieron dejar de buscarlo.
La tasa de desempleo la calcula el INEGI, a través de la aplicación de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). La ventaja de este indicador es que nos da una perspectiva muy amplia de la dinámica del mercado laboral. En principio porque abarca todo tipo de trabajo, tanto el formal como el informal. Asimismo la ENOE genera indicadores adicionales sumamente útiles como el de subocupación, tasa de participación y condiciones críticas de ocupación, entre otras, que ayudan a profundizar en la comprensión del mercado laboral.
La desventaja de la ENOE, es que al basar sus resultados en una encuesta que se aplica a una muestra de la población, sus resultados contienen un margen de error, natural en este tipo de procedimientos estadísticos.
En cambio, las cifras de empleo que arroja el IMSS cuentan con la ventaja de que son empleos con nombre y apellido, ya que se basan en los registros patronales que se reportan al organismo, con información como tipo de empleo, nombre del trabajador, sueldo base, entre otros. Resulta pues en un indicador más certero y preciso que las cifras del INEGI.
No obstante la información del IMSS, únicamente toma en cuenta una parte del trabajo formal. Ni los empleos en el sector informal de la economía son contabilizados aquí, e incluso tampoco otro tipo de empleos formales, como aquellos inscritos ante el ISSSTE, como es el caso de muchas plazas laborales en el sector público.
En suma, lo que un indicador goza como cualidad (precisión en el caso de los registros del IMSS y amplitud en las cifras del INEGI), resulta justamente en la debilidad del otro. En conclusión, para entender de la mejor manera la dinámica del mercado laboral, es preciso comprender ambas, tanto en su alcance como en sus limitaciones.
Catedrático de la Facultad de Economía de la
Universidad Autónoma de Coahuila
@guillermo_garza