"Complicado, ser aspirante sin partido": Pedro Kumamoto

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"Complicado, ser aspirante sin partido": Pedro Kumamoto

Pedro Kumamoto, aspirante independiente al senado / Foto: Cuartoscuro
El sistema para recolectar firmas está hecho para estructuras partidistas, opina el independiente
Quienes hacen guerra sucia desdeñan a la democracia y, en ese sentido, minimizan también la inteligencia de las personas que irán a votar"


CIUDAD DE MÉXICO.- El aún aspirante a la candidatura independiente para ocupar un lugar en el Senado de la República, Pedro Kumamoto, asegura que es sumamente complicado buscar una candidatura sin el respaldo de un partido político. 

Opina, en entrevista con EL UNIVERSAL, que el sistema para recolectar firmas está hecho para estructuras partidistas.

Kumamoto considera que la guerra sucia entre candidatos presidenciables desdeña el debate, uno de los pilares de un sistema democrático. 

Afirma que este tipo de prácticas deben ser condenadas enérgicamente por todos los candidatos y cada equipo de campaña podría abstenerse de usarlas en contra de sus oponentes.

¿Qué viene en tu agenda?

—Ya terminamos e hicimos lo que tocaba con el proceso de fiscalización y entregar los reportes finales ante el Instituto Nacional Electoral (INE). Ahora lo que nos toca es esperar a conocer cuál es el fallo que da la institución.

Me encuentro ahorita escuchando ideas, propuestas, haciendo análisis de lo que viene para poder estar bien preparado en caso de que se confirme el registro y también descansando un poco, porque fueron varios meses muy pesados.

¿Cuánto esfuerzo costó el proceso de recolección de firmas?

—Fueron aproximadamente 2 mil 600 personas que me apoyaron. Hubo una que se dedicó a todo el estado de Jalisco, sin recibir un solo peso por ello. Recibimos firmas de los 125 municipios del estado y rebasamos la meta que nos ponía el INE, que era que los apoyos vinieran de por lo menos 10 de los distritos y llegamos con 13, lo que equivale a llenar tres veces el estadio del Cruz Azul.

¿Te pusieron trabas?

—Más que trabas, lo que sucede es que es sumamente complicado ser candidato independiente, la fiscalización de los recursos es muy demandante en cuanto al trabajo que significa.

Lo hacemos con mucho gusto, porque es la ley, pero al final del día sí te hace darte cuenta que las disposiciones están pensadas para tener una enorme estructura contable y fiscal que sólo se equipare a la de los partidos políticos.

¿Contigo no presentó fallas la aplicación del INE?

—Fue complicada la utilización y la capacitación en el tema de la aplicación, pero con todo y eso nos dedicamos a conseguir las firmas, que sí obtuvimos, y estamos muy felices por ello.

¿Qué opinas de la propuesta que hizo Armando Ríos Piter sobre unir a los aspirantes independientes a la Presidencia en una sola candidatura?

—Yo creo que las candidaturas independientes no son homogéneas, pensamos distinto entre nosotros, si ellos encuentran similitudes de propuestas, pues me daría gusto que se unan. Al final del día, no todas las candidaturas pensamos igual y por lo tanto no estamos obligados a estar ligados o a participar de forma organizada.

¿Los precandidatos que juegan a la guerra sucia, deberían cambiar de estrategia?

—Sí, creo que la guerra sucia termina por dinamitar uno de los pilares de la democracia que es el debate público y real sobre las propuestas, sobre la trayectoria, las ideas y creo que quien la practica va en decremento de la misma democracia.

A los independientes nos queda hacer un llamado enérgico a que ni le hagamos caso a la guerra sucia, ni propiciemos que los aspirantes la lleven a cabo, porque el proceso termina siendo, me parece, un muy triste reflejo de las carencias políticas del país.

¿Los independientes le temen a la guerra sucia?

—Más que temerle a la guerra sucia, lo que tenemos que hacer es repudiarla, evitarla, no generarla y, finalmente, condenarla, no es tener miedo, sino tener valores democráticos firmes.

Quienes hacen guerra sucia desdeñan a la democracia y, en ese sentido, minimizan también la inteligencia de las personas que irán a votar. Por eso no deberían ser considerados siquiera como parte de un sistema democrático, que cree en la inteligencia de quien elige, en la libertad de las personas y en el respeto a los contrincantes.