Usted está aquí
¿Cómo vivir las fiestas familiares si los miembros están enojados?
Pregunta:
Quiero que en esta columna se refiera a lo que se puede hacer cuando en la familia hay integrantes que no se hablan. ¿Cómo se pueden manejar con tacto las fiestas familiares si se niegan a estar en el mismo lugar juntos, pero hay que invitar a ambos? Uno emitió el ultimátum de que tomemos partido, cosa que no nos parece correcta. ¿Hay alguna manera de pilotear estas malas relaciones o repararlas? Por favor, dénos algún consejo.
Respuesta:
Muchas personas se deprimen o se ponen ansiosas con las fiestas. A algunas les pasa porque no tienen familiares con los cuales estar, otras porque sí los tienen. Las reuniones familiares pueden ser un verdadero desafío cuando hay resentimiento, sensibilidades heridas y conflictos entre los invitados.
Le recomendamos que envíe este artículo a los dos interesados y les diga que usted los ama y los apoya, y que quiere que todos sufran menos durante estas fiestas. Explíqueles que no tiene ninguna opinión sobre este tema y entiende perfectamente lo difícil que es lidiar con estos conflictos, pero que quiere ayudar a ambas partes a sanar.
Creo que estamos en este planeta por una razón -aprender, crecer y ser mejores. Nuestro principal objetivo es aprender a amarnos a nosotros mismos y a los demás en un nivel más profundo. Si esto ocurre, el perdón debería ser la lección No. 1 más importante, y es difícil también porque a nuestro ego le gusta realmente juzgar.
Resulta fácil querer a las personas que son buenas y amables con nosotros. Amar a quien nos lastima es el desafío que nos empuja y nos obliga a elevarnos. Nos muestra los límites de nuestro amor y nos da la posibilidad de extenderlos y acrecentarlos.
Si queremos cambiar cómo nos sentimos frente a una ofensa, debemos aprender a ver la situación de otra forma. Este artículo le ayudará a hacerlo. Quizá sienta que no está listo, pero “no estoy listo o lista” es sólo la excusa que usamos cuando no podemos expresar la verdadera razón por la que no queremos perdonar.
Cada persona debe identificar la razón verdadera por la que se aferra a esta ofensa y no quiere perdonarla. Estas son algunas posibilidades:
- ¿Piensa que seguir enojado/a lo/a protege de un destrato adicional y que perdonar por el contrario lo habilitaría?
- ¿Permanecer enojado/a (y calificar a esa persona como la mala en su historia) le permite no analizar sus propios defectos, errores y dolor? A veces, es menos doloroso estar enojado que lidiar con la propia responsabilidad en lo que ocurrió. ¿Necesita ver a la otra persona como mala para sentirse bien consigo mismo/a?
- ¿Está usando el enojo y el dolor como una excusa para mantener alejada a la otra persona porque en realidad le cuesta manejar las emociones y las relaciones y es algo que prefiere evitar? ¿Su enojo está justificando o le da una razón para no procesar sus emociones o aprender mejores habilidades en materia de relaciones y en cambio culpar a otro?
- ¿Está esperando ver más vergüenza y culpa en la otra persona antes de perdonarla? ¿Siente que no ha recibido suficiente castigo?
Ahora bien, la verdad respecto de cada una de estas cosas es la siguiente:
- Estar enojado/a no le servirá para protegerse de un mayor destrato. Sí lo harán los buenos límites aplicados con fuerza y amor. Usted puede perdonar y sentirse a la vez a salvo.
- Está en este planeta para trabajar arreglándose a USTED mismo/a, ese debe ser su objetivo. Debe dejar de acusar a los demás y ocuparse de crecer, aprender y ser mejor y más afectivo. Esa es su tarea.
- Si tiene problemas con sus emociones debe dejar de evitarlas y aprender a procesarlas de una manera saludable. Debe aprender esto para tener una vida feliz, rica y plena. Estar enojados con los demás para evitar nuestros sentimientos nunca crea felicidad. Descubrir mejores recursos para relacionarnos también mejora nuestra vida.
- Cada día usted debe elegir si prefiere tener razón o ser feliz. Su ego quiere tener razón, pero es la elección incorrecta. El camino a seguir es elegir la felicidad.
- Perdonar no requiere que la otra persona sea castigada o que primero se arrepienta. Si quiere esperar a eso lo único que hará es lastimarse a usted mismo/a y a su familia durante más tiempo.
Los siguientes son algunos principios que pueden ayudarle a perdonar y olvidar:
1. Recuerde, nadie es perfecto.
Esta persona hizo algo malo y parecería que fue algo especialmente doloroso, pero usted tampoco es perfecto/a. No habrá cometido ese error, pero cometió otros. Debe recordar que somos alumnos imperfectos y en apuros en el aula de la vida, con muchas cosas por aprender, que merecemos perdón.
Usted no quiere que le recriminen eternamente cada error que cometió. Para sentirse perdonado/a por sus injusticias pasadas, usted debe dar a los otros lo mismo.
2. Somos los únicos responsables del dolor que experimentamos.
Ninguna situación puede causarnos dolor sin que participemos en ella. Nuestros pensamientos y sentimientos están bajo nuestro control y eso significa que nadie puede quitarnos ni causarnos dolor. Sólo nosotros tenemos ese poder.
Usted debe entender la verdad de que es quien controla sus pensamientos y sentimientos. Se puede sentir mejor ya mismo si así lo quiere. No tiene que esperar hasta sentir que está preparado/a para perdonar. Puede decidir que ya está listo/a.
3. La otra persona es culpable de un mal comportamiento, pero ambos tienen el mismo valor infinito y absoluto.
Los dos tienen el mismo valor más allá de los errores que cada uno cometa. Esto es así porque la vida es un aula, no un examen, y nuestro valor no está en juego.
Eso no significa que podemos sentarnos y dejar de mejorar. Significa que nuestra falta de conocimiento y la necesidad de mejorar no afectan nuestro valor intrínseco. Este es igual independientemente de la cantidad de aprendizaje que todavía necesitamos hacer. Usted quiere que este principio sea cierto porque desea que sea cierto para usted.
4. El perdón es más fácil si nos vemos a nosotros mismos y a los demás con la mayor exactitud.
El perdón se produce cuando nos vemos a nosotros mismos y a los demás como alumnos inocentes, completamente perdonados, en dificultades, asustados, confusos, pero perfectos en el aula de la vida, con mucho más por aprender. Creemos generalmente que perdonar consiste en considerar culpables a los otros y después tratar de disculparlos por esos errores. Si usted trata de perdonar de esa manera, el perdón nunca llegará. Seguirá aferrándose al hecho de que son culpables. El perdón nunca funciona cuando es un don inmerecido.
Por el contrario, deje que todas las injusticias, el dolor y el sufrimiento de ambas partes sean eliminados de todo comportamiento malo, egoísta o basado en el miedo. Es hora de dejar pasar y aceptar el perdón divino para ambos. Deje que la otra persona sea “un trabajo en curso” y no se crucifique a usted mismo/a ni a la otra persona por sus errores. Acepte el don del perdón y vea la vida como un aula donde los errores no se contabilizan en contra de nuestro valor. Podemos simplemente borrarlos a todos y volver a intentarlo.
5. El perdón es la clave de la felicidad y es el único camino a la paz, la confianza y la seguridad.
Esta es la ley universal. La clave para el perdón reside en una decisión muy simple que debemos tomar una y otra vez todos los días. ¿Con qué energía queremos vivir? Hay dos opciones: ¿vivir en medio de la energía del enjuiciamiento, la culpa y la rabia? ¿O con la energía del perdón, la paz y la alegría?
La energía del enjuiciamiento significa que juzgamos a los otros, los condenamos o crucificamos por errores pasados. Si usted elige esta actitud, le está dando poder a la idea de que las personas pueden “no valer lo suficiente” y deberían ser juzgadas con dureza, lo cual recaerá también sobre usted. Siempre tendrá problemas con su autoestima y esa energía le resultará pesada, negativa y desdichada.
Su otra opción es la energía del perdón. En este caso, usted opta por perdonarse y perdonar a los demás, y dejar de lado completamente todos los errores mal concebidos, tontos, egoístas, basados en el miedo que cometió alguna vez. Elige ver esos errores tal como son realmente, un mal comportamiento nacido de la confusión, la duda, la falta de conocimiento, una baja autoestima y miedo. Decide, por el contrario, ver a todos como inocentes y perdonados y les permite (a ellos y también a usted) comenzar nuevamente desde cero cada día.
Si opta por esta actitud, se sentirá a salvo, recibiendo amor y en plenitud y bien consigo mismo/a y esta energía será liviana, apacible y dichosa.
La cuestión es: ¿cómo quiere vivir?
Piense en olvidar la ofensa pasada y estar presente en la reunión familiar sin más que amor y compasión en su corazón. Esto no significa que deba estar cerca o tratar a la otra persona pero sí significa tratarla con respecto, compasión y amabilidad. Significa entender que los sentimientos negativos significan una herida mayor para usted que para ella. Significa que usted elige concentrarse en la gratitud y encarnar el amor en ese lugar, dejando atrás el pasado y el echar culpas.
Usted puede hacerlo.