Cómo responder a la pregunta de los niños: ¿Existe Santa Claus?

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Cómo responder a la pregunta de los niños: ¿Existe Santa Claus?

Foto: Tomada de Internet
La Navidad pasada, cuando mi hija Indira tenía 4 años y Tiizziano apenas 2, se nos "apareció" Papá Noel en medio del comedor cuando la familia estábamos en pleno festejo.

Llega diciembre y cada año comienzas a cruzarte a Papá Noel en todos lados. En el centro comercial, en las calles, en las vidrieras de los negocios, y hasta en la bebida que tanto te gusta. La Navidad es una época de alegría pero también de reflexión.

Quienes más esperan la llegada de la nochebuena son los niños, quienes ansían el momento de abrir sus regalos, pero ¿debemos decirle a nuestros hijos que en verdad no existe, o debemos conservar su ilusión?

La opinión está completamente dividida. Hay quienes pensarán que decirles la verdad acerca de Santa Claus a los niños es cruel. Mientras que, para otros, es más cruel aún “arruinarles” la infancia quitándoles la ilusión de creer. Yo creo que cada familia es un mundo, y cada uno elige qué es lo mejor para su hijo.

La magia de la Navidad

Aunque se haya ido perdiendo el verdadero sentido de la Navidad, lo cierto es que los cristianos celebramos el nacimiento de Jesús. Y como cuando alguien cumple años, hacemos regalos y nos vestimos de fiesta. Pues entonces la Navidad es eso, el cumpleaños de Jesús. Y también, una oportunidad para reencontrarnos en el amor y la fraternidad.

Mi mamá siempre me cuenta que cuando ella era una niña, allá por la década del `60, las Navidades eran fiestas conmemorativas, donde las familias asistían a la misa de Nochebuena, lejos de la carrera contrarreloj para comprar los regalos navideños. Con el tiempo, y con la era del consumismo pisando los talones, la idea de comprar y comprar en Navidad se fue exacerbando de la mano de un señor barbudo vestido de rojo que en muchos países de Latinoamérica conocemos como papá Noel, o Santa.

La magia de la Navidad entonces no es hacernos regalos para compensar todo aquello que no pudimos brindar emocionalmente a nuestros seres queridos, sino en reflexionar acerca del verdadero valor de la familia y el hecho de estar vivos.

¿Existe Papá Noel?

La Navidad pasada, cuando mi hija Indira tenía 4 años y Tiizziano apenas 2, se nos "apareció" Papá Noel en medio del comedor cuando la familia estábamos en pleno festejo. Los pequeños de la familia quedaron con sus ojos abiertos como un plato, estupefactos, a la espera de lo que estaba por hacer aquel personaje que tenía la voz “tan parecida al abuelo” según mi hija. Luego de ese día vinieron las preguntas de rigor.

“Mami, Papá Noel tenía los mismos zapatos que el abuelo”, me dijo Indi. Y yo, sin evadir sus dudas ni encauzarlas hacia cualquier pensamiento de mi conveniencia, le contesté “¿y a vos por qué te parece que tenía las zapatillas del abuelo?”. A lo que ella toda resuelta me contestó: “Porque era el abuelo, mamá”. Sus 4 años superaron cualquiera de mis expectativas, y a partir de allí la decisión que tomé tuvo un gran impacto en mi familia.

A partir de ahora sólo le contestaría con la verdad. Para Indira, que ahora tiene 5 años, Papá Noel es un hombre que alguna vez existió y “está en el cielo, en una nube”. Pues una vez yo le conté que en verdad, Santa sí existió, y que ahora recordamos a ese personaje homenajeándolo en cada persona que usa un disfraz de él. Asimismo, intento inculcarle el valor de la Navidad y el verdadero significado, algo que también ha aprendido en su escuela.

Los beneficios de la verdad

Ahora, en mi familia, sentimos la libertad y liviandad de andar sin rodeos ni esconder nada. Sin embargo, la magia se mantiene. La sorpresa está igual, los regalos estarán igual, armaremos el arbolito como cada 8 de diciembre (en Argentina se arma ese día), y mis hijos conforme se va acercando la navidad se van sintiendo entusiasmados, contagiados tal vez, de nuestro propio entusiasmo.

El otro día conversaba con mi hija acerca de la verdad acerca de Papá Noel. Decidí entonces registrar el video. Sus respuestas son claras y contundentes y, al parecer, saber que papá Noel es sólo un personaje no le genera ningún “trauma”. Por el contrario, el hecho de que sepa la verdad de antemano trae sus beneficios:

Nuestros hijos se ahorrarán horas de llantos y angustias al enterarse de que en verdad papá Noel no es quien trae los regalos.
Como padres, les enseñamos a ser francos y transparentes e ir siempre con la verdad, aunque a veces no sea tan divertido.
No existe el típico soborno “pórtate bien o no vendrá Papá Noel” (algo que sólo hace que los niños se comporten bien por el hecho puntual de recibir un regalo).

Lidiar con la opinión de los demás

Sí, esa es la parte fea del asunto. Habrá quienes nos digan “pero le quitas toda la ilusión a ese chico”. Sin embargo, como padres no tenemos el manual ni el libro de la verdad. Nos hacemos padres al andar. Tal vez en un futuro nuestros hijos nos reprochen que por qué le hemos dicho la verdad tan temprano, aunque también existe la posibilidad de que si no lo hacemos, nos reprendan por haberles mentido. Sea como fuere, lo importante es obrar con la convicción de hacer lo mejor por nuestros hijos.

Mientras tanto, aquí esperamos la llegada de “Papá Noel”, y celebramos el cumpleaños de Jesús, armando adornos navideños, decorando la casa y planeando la cena familiar de Nochebuena. La magia nunca se acaba aunque se sepa “la verdad”; porque la verdadera magia está en el corazón de cada uno. Y tú ¿eliges decirle a tus hijos acerca de la verdad de Papá Noel?