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¿Cómo recuperar tu figura después de ser madre?
Cuando te enteras de la bella noticia de que vas a ser madre, todos los pensamientos se centran en el pequeño que está por llegar. Ser madre te cambia la vida y, por supuesto, también el cuerpo.
Nadie dice que este sea un proceso fácil, ya que ser mujer es muy difícil en esta sociedad tan demandante.
Generalmente, cuando te conviertes en madre tus deseos personales pasan a segundo plano y vives para ese pequeño ser que has engendrado. Sin embargo, es muy común que luego de un tiempo comiences a sentirte mal debido a que no logras recuperar tu figura. ¡Tranquila! Con tiempo y voluntad puedes volver a sentirte bien contigo misma, no te presiones,
tienes una ardua tarea en tus manos. A continuación, te comparto los siguientes consejos, verás que de seguirlos poco a poco comenzarás a sentirte como la chica que eras antes.
1. Acéptate tal como eres
El primer paso para sentirte bien, es amarte a ti misma. No te juzgues por no perder de peso rápidamente o porque tu piel esté un poco manchada, más bien aprende a amar esas marcas que dejó el paso de tu hijo por tu cuerpo. Probablemente aunque bajes de peso tu cuerpo no vuelva a ser el mismo de antes, ya que ahora eres madre y tienes muchas cosas bellas para dar. Cuando te aceptes y te ames como lo que ahora eres, todo lo demás irá fluyendo.
2. Amamanta a tu bebé
Si bien la lactancia por sí sola no te hará perder peso mágicamente, es una gran aliada a la hora de volver a recuperar la silueta. Amamantar a tu hijo le exige a tu cuerpo un esfuerzo extra, por lo cual consume en ese solo acto unas 500 calorías diarias. Eso no significa que vayas a perder gran cantidad de peso con solo este acto, pero acompañado de una adecuada alimentación, significará mucho.
3. Come placenteramente, pero en raciones pequeñas
La llegada de la maternidad no es un buen momento para hacer dietas estrictas, además de que es un excelente momento para mimarte. No te prives de comer cosas que te gustan, pero hazlo en pequeñas cantidades. Come ese helado que tanto deseas o esa tableta de chocolate que tienes guardada, pero no todo en el mismo día. Aliméntate con placer, sin culpa y en pequeñas raciones, incorporando alimentos ricos en nutrientes, vitaminas y minerales.
4. Tómate tu tiempo para ejercitarte
Puedes volver lentamente a tu rutina de ejercicios, solo recuerda que acabas de ser madre y tu cuerpo ha pasado por varios cambios. Si no tienes tiempo de ir al gimnasio o salir a correr, aprovecha los quehaceres domésticos, sube y baja las escaleras, camina por el vecindario o busca alguna rutina de ejercicios dentro de casa.
5. Apóyate en los que desean ayudarte
Acepta la ayuda de quienes se ofrezcan a cuidar de tu bebé mientras sales a caminar o realizas otras actividades. Recibe de buen agrado los elogios de quienes te quieren y aprovecha su energía para impulsarte a nuevas metas. No te desanimes, lo lograrás poco a poco.
También puedes buscar ayuda y apoyo en otras madres que estén en la misma situación que tú, pueden salir a caminar juntas con sus bebés o buscar algún grupo de gimnasia de madres e hijos, algo muy común en algunas ciudades.