¿Cómo llegar a Santa Fe sano y salvo en CDMX y sin parálisis facial de la angustia?

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¿Cómo llegar a Santa Fe sano y salvo en CDMX y sin parálisis facial de la angustia?

La mancha urbana se expande cada día más como una infección, como un lunar maligno que crece y crece sin control.

La mancha urbana se expande cada día más como una infección, como un lunar maligno que crece y crece sin control. 
 
Planeación urbana cero...

De pronto ya hay casas en el cerro que hace apenas cinco años no estaban ahí… Lo cierto es que esta ciudad es un caos desde su (nula) planeación en cuanto a crecimiento, y hay que soportar el hecho de que somos millones de personas moviéndonos al mismo tiempo. 

¡Pero qué necesidad! 

Lo que no tenemos por qué aguantar es el suplicio de llegar a nuestras zonas de trabajo, como Santa Fe, con ansiedad y estrés nivel corredor de bolsa, todos los días, de lunes a viernes, incluso antes de las 9 de la mañana. 

¡No vivimos a la vuelta de la esquina!

¿Nuestros jefes en dónde creen que vivimos? ¿En Dinamarca? Lo único que tenemos parecido con ese país nórdico es el frío que se llega a sentir muy temprano o muy tarde por allá.

La odisea de pesadilla 

¿Qué le vieron las grandes empresas y corporativos a Santa Fe de bonito y exclusivo, si antes todo eso era un basurero? Nadie lo sabe con certeza, la realidad es que su conectividad con la ciudad es algo en lo que nadie pensó y mucho menos cómo llegar a Santa Fe en CDMX sano y salvo. Hoy, miles y miles y miles de capitalinos tenemos que desplazarnos a diario a nuestras respectivas oficinas a través de escarpados microbuses, temerarios peseros, taxis manejados por la mismísima muerte, la cámara de tortura por aplastamiento (o sea, el colectivo) y por asfixia (o sea, el metro); además, tenemos que evadir a los orcos que roban con todo el descaro del mundo, unos a mano armada, otros entre el tumulto, y los más astutos, con sus tarifas dinámicas (¡Hola, Uber!).

Y en coche sale peor…

Y lo anterior es solo si decidimos aventurarnos a Mordor en el hermoso y eficiente transporte público de nuestra capital, otra es la historia truculenta que sucede cuando nos vamos en nuestro genial y maravilloso auto del año (aplausos de pie).

Solo queda encomendarse al santo de tu elección 

¿Qué decir del tráfico matutino (o a toda hora) sin TAG y sobre Constituyentes? Si no nos toca manifestación, nos toca otros autos haciendo el mismo caos, una verdadera belleza. Y la vieja confiable veladora encendida una noche antes al santo de nuestra devoción para que no se active la contingencia o el Hoy No Circula, porque sorpresas te da la vida.
 
 
La vida que no es vida

Resulta en consecuencia, que durante estos ires y venires arriesgando la vida para llegar al trabajo y no perder nuestro bono de puntualidad, al año loZZ que sí perdemos (además de la estabilidad mental y emocional) son aproximadamente 26 días, solo de estar atorados en el tráfico. ¡Más tiempo que el que nos dan de vacaciones! Porque, a pesar de todo lo anterior, no es que nos despertemos a las ocho, nueve de la mañana, no, para encontrar la respuesta a: cómo llegar a Santa Fe en CDMX sano y salvo a alguno de los corporativos en donde están ubicadas nuestras, para “lograrlo” muchos tenemos que programar nuestra alarma a horas espectrales como a las cuatro, otros incluso a las tres de la mañana, dependiendo hasta dónde vivan. Y perdón, eso no es vida, porque al final terminamos viviendo para trabajar, sin esparcimiento, sin otra cosa en mente que el estrés y la angustia de llegar a tiempo a laborar y regresar a nuestros hogares, luego de que no nos asalten, a altas horas de la noche.

A estas alturas de la evolución humana y tecnológica, ¿a quién le gusta vivir así? ¿No hay acaso alguien que pueda defendernos de las atrocidades que debemos enfrentar para llegar a Santa Fe?.

¡Piedad! 

Nosotros los Godínez, con nuestras mochilitas empapadas de sopa y salsa verde (porque se nos abrió el tuper), con nuestros zapatitos todos pisoteados (que nos pasamos lustrando como media hora en la noche y hasta los flameamos), con nuestras miradas perdidas (porque nos volaron los lentes de un manotazo al bajarnos del vagón en metro Pantitlán y ya se nos hacía tarde como para buscarlos), nosotros imploramos.
 
 
Claro que hay opciones 

Si bien es cierto que la ciudad es caótica, la movilidad es nefasta y los horarios laborales están muy lejos de modificarse, también es cierto que no debemos conformarnos a todo lo anteriormente descrito y mucho menos soportarlo.

¡BUSSI al rescate!

La solución a nuestras plegarias, el eco a las veladoras encendidas llega con las plataformas de transporte compartido, que funcionan como transporte de personal de corporativos a sus oficinas y de vuelta a sus casas. Un gran ejemplo de ello es BUSSI, la empresa de camionetas de pasajeros que se dedica a transportar de manera segura, eficiente, económica y vanguardista a personal de corporativos, como nosotros. La verdad es que viajar a Santa Fe con BUSSI es un remanso de comodidad.

La tecnología a nuestro servicio

Simplemente descargas su aplicación móvil gratuita para Android o iOS, te registras, eliges dónde quieres abordar (metros Chapultepec, Pantitlán o Tacubaya) y listo, solo tienes que llegar puntual y ellos harán el resto.
 
El transporte que merecemos 

En estos servicios, cada van cuenta con wifi, asientos cómodos, atención amable, rutas dinámicas que aseguran puntualidad; además viajamos con la confianza y tranquilidad que merecemos, así llegamos sin parálisis facial de la angustia que causa el “moverse” en auto o en transporte.
 
La combinación perfecta

BUSSI lleva operando cerca de 2 años, ofreciendo además un gran cuidado al medio ambiente gracias a la disminución de vehículos por cada usuario. Sin duda es una muestra de que las nuevas tecnologías y las ganas de ayudar, cuando se unen, triunfan. 
 
Día a día, una increíble experiencia 

Llegar a Santa Fe puede ser como una película de terror, pero gracias a estas tecnologías, podemos hacer de esta historia una aventura épica.