Los ataques de pánico son episodios repentinos en los que se experimenta una intensa sensación de miedo sin motivo aparente. Suele acompañarse de síntomas como taquicardia, mareos e hiperventilación pulmonar. 

Estos ataques pueden ocurrir una vez en la vida o repetidamente y no siempre siguen el mismo patrón. Si los episodios suelen ser muy recurrentes, es fundamental contactar a un especialista que determine el origen específico y emita el tratamiento más adecuado según sea el caso. 

Los síntomas más intensos de una crisis duran entre 10 y 15 minutos. Los más comunes son:

-Miedo intenso y sin razón aparente

-Dificultad para respirar

-Sentir debilidad física 

-Taquicardia

-Sudor

-Dolor en el pecho

-Mareo

¿Cómo puedes ayudar a alguien en una crisis de pánico?

Si se es testigo de un ataque de pánico, el primer paso es mantener la calma y analizar la situación. Hay que comprender que la persona que está padeciendo experimenta un miedo incontrolable. Por lo tanto, es importante externar calma y dejarle claro que no está solo.

Otros pasos a seguir:

-La respiración es clave

Cuando una persona sufre una crisis, tiende a respirar más profundo y/o más rápido de lo normal, lo que conduce a la hiperventilación y aumenta la sensación de pánico. En estos casos, pídales que se concentren en hacer su respiración más corta y menos profunda. 

-Pregunte qué sucedió

Es importante saber si la persona afectada ha tenido un episodio similar antes, ya que algunos de sus síntomas son los mismos que los de otras enfermedades cardíacas o metabólicas. Si la persona le dice que es la primera vez que se siente así, debe acudir a un servicio de emergencia para que un especialista pueda descartar otros problemas de salud.

-Vayan a un lugar seguro

Antes de los cuadros ansiosos, es aconsejable buscar lugares sin ruidos fuertes o con una gran audiencia y permanecer allí hasta que termine la crisis. No use frases como "no pasa nada" o "cálmate" porque la persona es muy vulnerable en este estado y puede ser contraproducente instar a calmarse.

-No seas invasivo

Aunque es importante que la persona se sienta acompañada, no intentes besarla ni abrazarla. Además, no haga movimientos bruscos o repentinos, ya que pueden provocar efectos secundarios. Pregúntele a la persona si puede tocarla o tomarla del brazo para ayudarla.

-Cambio de enfoque

En algunos casos, una alternativa es dirigir la atención de la persona hacia algo que la rodea y que la ayudará a enfocarse en otra cosa, no en sus síntomas o miedo.

Estas sugerencias pueden ser útiles en la mayoría de los casos. Sin embargo, si conoce a alguien que tiene ataques de pánico recurrentes, pregúntele cómo puede ayudarle mejor si llega a presentarse alguno de los ataques de forma repentina.