¿Cómo evitar que los millennials caigan en la pobreza?

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¿Cómo evitar que los millennials caigan en la pobreza?

Una cantidad récord de millennials que son padres, 55 por ciento, están teniendo hijos antes del matrimonio

Una cantidad récord de millennials que son padres, 55 por ciento, están teniendo hijos antes del matrimonio, pese a investigaciones que sugieren claramente que quienes siguen una secuencia más tradicional -obtener al menos el título secundario, encontrar empleo, casarse y después tener hijos- tienen menos probabilidades de acabar en la pobreza.

Sólo 3 por ciento de los millennials de más edad se empobrecieron en la plenitud de sus años adultos jóvenes -entre los 28 y los 34 años- si siguieron esa “secuencia de éxito”. Es lo que se desprende de un análisis publicado recientemente por el American Enterprise Institute (AEI) y el Institute for Family Studies. Los que no se casaron ni tuvieron hijos, pero obtuvieron al menos un título secundario y trabajaron con horario completo tuvieron probabilidades levemente menores de evitar la pobreza; 92 por ciento de los adultos jóvenes “encaminados” llegaron a los grupos de ingresos medianos o más altos, en tanto 8 por ciento son más pobres.

El análisis estudió un segmento de millennials, los integrantes de más edad que nacieron entre 1980 y 1984. Se considera generalmente que la generación millennial incluye a los nacidos entre 1981 y 1997, aunque las definiciones pueden diferir ligeramente.

Los millennials constituyen la generación más numerosa, más diversa y con mejor nivel educativo viva en la actualidad, según Wendy Wang, directora de investigación en el Institute for Family Studies. Wang es coautora del nuevo análisis, “The Millennial Success Sequence”, con W. Bradford Wilcox, profesor adjunto de sociología en la Universidad de Virginia que también es académico invitado del AEI.

Wang señaló diferencias fundamentales en la secuencia de vida para estos millennials mayores en comparación con los baby boomers (nacidos con la explosión demográfica posterior a la Segunda Guerra Mundial) cuando tenían la misma edad: 67 por ciento de los baby boomers se casaron antes, en comparación con 40 por ciento de los millennials. Asimismo, 20 por ciento de los baby boomers tuvieron antes un bebé, en comparación con 33 por ciento de los millennials. Y 27 por ciento de esos millennials no están casados ni tienen hijos, en comparación con sólo 13 por ciento de los baby boomers.

Constataron que “inclusive los millennials provenientes de familias de bajos ingresos tienen más probabilidades de prosperar si se casan antes de tener hijos”. Dijeron que 71 por ciento de los que se casaron primero eran al menos de clase media a los 28-34 años, mientras que eso ocurría sólo para el 41 por ciento de los millennials provenientes de familias de ingresos bajos que habían tenido hijos sin estar casados.

“Podrán decirme ‘Tal vez los adultos que anteponen el matrimonio son simplemente distintos de los otros’”, dijo Wang durante un evento para presentar el informe a mediados de junio. “Tienen razón. 

Algunos adultos jóvenes tienen más probabilidades que otros de seguir la secuencia de casarse primero, y algunas de sus características se relacionan con un ingreso más alto. Por ejemplo, sabemos que en general los adultos jóvenes que son blancos, con educación universitaria y que se criaron en familias con ingresos más altos tienen más probabilidades de tomar el camino de casarse primero”.

Pero aun al evaluarlos por un rango de características que incluyeron la situación laboral, la educación y la demografía, dijo, la secuencia de matrimonio e hijos fue “significativamente relevante” respecto de cómo les iba a las familias financieramente. Al estratificar los grupos por características, los que estaban casados y sin hijos tenían más probabilidades de pertenecer a los grupos de ingresos medianos y altos (93 por ciento), seguidos por los que se habían casado antes de tener hijos (86 por ciento). Por detrás se ubicaban los que nunca se habían casado, pero tenían hijos (47 por ciento) y los que actualmente están divorciados que tuvieron hijos antes del matrimonio (44 por ciento).

En todo el informe, Wang calificó de “evidencia contundente” el hecho de que las parejas que siguen esta secuencia de éxito tenían una probabilidad mucho menor de hallarse en la pobreza y una probabilidad mayor de pasar a los segmentos de ingreso medio y más alto. Entre quienes terminaron por lo menos la secundaria, pero no tenían un empleo de tiempo completo, 30 por ciento estaban en la pobreza. De los que tenían un título secundario o un trabajo mejor y de tiempo completo, sólo 16 por ciento eran pobres.

Sólo 3 por ciento eran pobres si habían completado los tres pasos, inclusive el matrimonio antes de tener hijos, para cuando llegaban a rondar los 30 años. Si bien los millennials están postergando el casarse y tener hijos, el hecho de que más de la mitad de los que tienen hijos estén siguiendo una secuencia que vuelve más probable la pobreza podría presagiar grandes cargas para los planes que se centran en las familias, desde la educación hasta las redes de seguridad social.

Otros factores que cuentan

El matrimonio aporta una serie de beneficios a las parejas, dijo Wilcox, desde el acceso a un segundo ingreso hasta poder disfrutar de economías de escala. Los millennials que se casan antes de la paternidad tienen más estabilidad y menos probabilidades de tener hijos en múltiples hogares, lo cual fragmenta los recursos -por ejemplo, desviando fondos para el mantenimiento de hijos.

Las circunstancias y las normas comunitarias también influyen en lo que las personas deciden hacer. Por ejemplo, los jóvenes que crecen en mejores barrios o en hogares con más dinero tienen más probabilidades de seguir la secuencia de éxito. Mencionó a los mormones como ejemplo de una cultura que es apta para promover el matrimonio y la movilidad ascendente.

“No podemos perder de vista la voluntad tampoco”, dijo Wilcox, señalando que las personas toman decisiones que pueden trascender sus circunstancias, incluso “adoptar virtudes” y “evitar vicios” para mejorar sus vidas.

Algunos son escépticos con respecto al impacto de la secuencia exitosa, pero “es sorprendente que tantos de los millennials exitosos a nivel financiero parezcan seguirla”, dijo Wilcox. “La mayoría de los detractores de la idea de que la secuencia para el éxito es importante deben reconocer que la educación, el trabajo y el matrimonio siguen siendo pilares fundamentales, incluso para una nueva generación de adultos jóvenes”.

Hacer cambios

No todos los jóvenes se encaminan o prosperan en la universidad, dijo Wilcox, señalando que la “asequibilidad y el atractivo de la secuencia de éxito” pueden fortalecerse si se mejoraran la formación vocacional y en oficios.

Otras recomendaciones apuntaron a aumentar el Crédito Fiscal por Ingresos del Trabajo y los subsidios de estudio para trabajadores de bajos ingresos y crear una campaña de concientización pública para promocionar la secuencia de éxito, similar a la campaña de concientización educativa a la que se atribuye haber reducido el embarazo adolescente, dijo.

En respuesta al informe, Ron Haskins de The Brookings Institution advirtió que decirles simplemente a los jóvenes que se casen no es una fuerte intervención para los problemas que enfrentan las personas. “Intimidar no funcionará. Se necesitan organizaciones basadas en la comunidad que transmitan ese mensaje con mucho humor y el testimonio de personas que los chicos respeten”. Pero señala que “el producto que se vende… es espectacular” y significa “una enorme diferencia para los chicos”.

Las intervenciones que, tal como está demostrado, superan obstáculos en las vidas de los niños de bajos ingresos deben dirigirse a éstos desde una edad temprana, dijo. Deben dejarse de lado programas que no han sido eficaces y liberarse fondos para los que funcionan.

Annie Lowry, redactora de The Atlantic, dijo que los millennials suelen ser criticados pero que merecen elogios por las cosas que hacen bien, como postergar el matrimonio, las tasas de nacimiento en jóvenes que son muy bajas y el hecho de que una gran cantidad va a la universidad. “El clima económico en el que se gradúan es realmente difícil”, señaló, agregando que enfrentan un estancamiento salarial, deuda estudiantil y altos costos de la vivienda.

El informe aclara que quienes provienen de familias de ingresos más altos tienen más probabilidades de ir a la universidad y postergar el tener hijos que quienes vienen de familias con menos recursos económicos, dijo. “Pero también es cierto que si se siguen todos estos pasos, es extremadamente improbable que terminen siendo pobres”.