Comisiones Especiales (o el arte de redactar minutas)

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Comisiones Especiales (o el arte de redactar minutas)

La transparencia va más allá del mero acceso a la información pública.

Se dice: el Congreso, como caja de resonancia. 

En la lógica parlamentaria, los problemas de la comunidad terminaría teniendo una voz en la máxima asamblea ciudadana: el Congreso. La manera en la que esto podría suceder toma distintas formas: la reforma o creación de alguna norma, el acuerdo sobre algo por hacer, la constitución de alguna comisión especial para darle seguimiento a temas importantes. Sobre esto último, la lupa. 

Se dice: la transparencia, como un medio para tener ciudadanía mejor informada. 

La transparencia va más allá del mero acceso a la información pública. Al menos a nivel discurso y en la literatura, la transparencia debiera modificar para bien la relación entre quienes tienen el poder y realizan actos de autoridad y sobre quienes eso tiene algún tipo de incidencia. 

El Congreso de Coahuila está obligado por la transparencia. Eso significa que prácticamente todo lo que se hace ahí queda registrado y una muy buena parte está a disposición todo el tiempo, vía la llamada información de oficio, del ojo curioso o con interés. ¿Será?

Si entre los temas que llegan al Congreso se identifica alguno tan importante como complejo, se nombra una Comisión Especial: los diferentes actores parlamentarios se reagrupan con el objetivo de enfocarse y conocer a profundidad el tema para, llegado el momento, puedan o informar al Pleno o proceder conforme su conocimiento y experiencia les indique. 

Vía eso a lo que llamamos transparencia puede conocerse el trabajo de esas Comisiones Especiales… ¿o no?

El botón de muestra: “La comisión especial encargada de investigar las posibles irregularidades financieras suscitadas en el Ayuntamiento de Saltillo”. De ella solo puede conocerse una minuta, la del 25 de marzo de 2015. 

Hace prácticamente un año, esta Comisión Especial se reunió, se instaló formalmente y acordó “… que la Comisión de Auditoría y Cuenta Pública es quien deberá concluir el mandato dispuesto por el Pleno del Congreso…”. En otras palabras, la Comisión Especial aplicó el “¿yo por qué?”: Decidió que el camino a seguir para atender la decisión del Pleno era no atender la decisión del Pleno y transferir la responsabilidad a una Comisión ya existente. ¿O hay otra manera de interpretar el acuerdo? Tal vez lo que se buscaba era alguna primera plana, hacerse los muy entrones. Se logró, y listo.  

Algo similar sucede con el tema de temas, la megadeuda. 

El 18 de febrero del año pasado, se instaló la “Comisión especial para el análisis del impacto de la deuda pública contraída en el periodo constitucional 2005-2011”. Después de eso, se ha reunido en tres ocasiones: el 13 de agosto y el 18 de septiembre de ese año y el 5 de febrero del 2016.  

¿Cómo se ha analizado el impacto de la deuda? 

En agosto del 2015, el Auditor Superior del Estado hizo una presentación “sobre la situación que guarda la deuda pública del estado y los municipios”, sobre del cual dos diputados “realizaron varios cuestionamientos con respecto a la presentación que fueron aclarados y acordaron reunirse en próximas fechas” (lo entrecomillado, de las minutas). ¿Sobre qué versaron esos cuestionamientos? ¿Cómo fueron aclarados? ¿Llegaron a reunirse después? El registro para la posteridad, nada dice. 

Cuando se reunieron con el Secretario de Finanzas, en septiembre, lo mismo: “se realizaron varios cuestionamientos, que fueron aclarados por el Secretario”. La de febrero de este año fue la reunión donde la Comisión leyó su “Informe”.

Parcas minutas de temas que interesan o debieran interesar, información solo para salir del paso.