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A combatir llamas en Zapalinamé
El domingo, mientras la gran mayoría de los hogares en Saltillo celebraban el día del padre, en la parte baja de la sierra de Zapalinamé el humo de un incendio forestal empezó a alertar a la ciudadanía. El fuego empezó cerca del cañón de los pericos, una zona arbolada donde habitan colonias de cotorras serrana oriental, una especie endémica de México.
Aproximadamente a dos kilómetros del bulevard Otilio González el incendio se originó por un descuido humano ya que esa zona, al estar cercana al área urbana es cada vez más visitada, por la atracción que han tenido la construcción ilegal de las “escaleras al cielo”.
Después del reporte ciudadano, se tuvo una rápida respuesta, sin reparar en que era día inhábil, hora de descanso y día de fiesta familiar, los combatientes llegaron a enfrentar el fuego.
Los brigadistas de incendios forestales responden a la hora que sea, el día que se necesite. Cargan a su espalda pala, talache, bolsa de agua con retardante, agua para hidratarse y otras herramientas. Caminan entre el bosque apresurados por llegar al lugar que se quema, su trabajo requiere una gran condición física y un conocimiento técnico especializado, otros se quedan abajo en campamento para dotar de lo que necesite quien subió y diseñar la estrategia de combate por tierra con brigadistas y por aire si se tiene helicóptero.
Apagar un fuego forestal requiere de una gran logística, de la movilización de muchas personas, de la coordinación de diferentes instituciones, de tener una respuesta rápida y oportuna. Después de que el humo deja de verse, el trabajo no termina, sigue la fase de observación y trabajo de rescoldo, mover la vegetación quemada para extinguir las brazas que siguen encendidas y pueden reactivar el incendio.
Este incendio se pudo controlar el mismo día con el trabajo de 84 brigadistas en combate, ocho horas de intenso trabajo, 64 descargas de agua con helicóptero y la coordinación de cinco instituciones: Gobierno Municipal, CONAFOR, Secretaría de Medio Ambiente de Coahuila, SEDENA y Profauna.
Se afectaron 15 hectáreas de vegetación de tipo matorral y pastizal, no hubo afectación en arbolado, sin embargo no debemos restar valor a este tipo de ecosistema, es igual de importante ya que las especies de maguey, nopal, sotol, entre otras, juegan un papel esencial para evitar la erosión del suelo y para permitir la absorción de agua que recarga el acuífero.
Si Zapalinamé hablara estoy segura que diría GRACIAS BRIGADISTAS, porque su voluntad, esfuerzo y compromiso hace posible conservar nuestra sierra, la flora, fauna y servicios ambientales. Gracias a esos guerreros que enfrentan el fuego y que incansablemente trabajan por conservar nuestros bosques.
Y tú que visitas las montañas, valora su trabajo y apoya siendo responsable no tires basura, no fumes, ni enciendas fuego por ningún motivo, no dejes rastro de tu visita, esa es la mejor forma de respetar a la Naturaleza.
Reconexión Natural
Gabriela de Valle