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Combatir el Alzheimer con música; una opción que retrasa al mal
Por: Roxana Romero
Fotos: Mayra Franco/Marco Medina
Cuando recibas esta carta sin razón / Eufemia / Ya sabrás que entre nosotros todo terminó.
Hortensia escucha la canción, toma el sombrero de su hermano mayor, se lo pone. Se para frente al espejo de la habitación, su mano en la cintura y canta junto con Pedro Infante. Despistadamente mira a su alrededor para corroborar que nadie la vea. Le daría pena si alguno de sus cuatro hermanos la sorprendiera. En la recámara no hay nadie. Sigue cantando.
No me escrebites / Y mis cartas anteriores no sé sí las recebites / Tú me olvidates / Y mataron mis amores el silencio que les dites.
Es 1955. Cada vez que suena el hit en el radio, la muchacha de cabello castaño, piel trigueña y suave de15 años repite la acción y le canta a su reflejo en el espejo con la mano en la cintura. La canción termina y sigue con los quehaceres del hogar. Mientras su madre lava a mano la ropa de toda la familia, ella debe barrer y preparar la comida para sus hermanos.
Es 2017. Hortensia escucha en un Smartphone la canción que se ha convertido en un ícono de la música mexicana. Recuerda lo que hacía hace 62 años y se ríe. La escucha y recuerda lo que pasó hace mucho tiempo, pero hoy se le ha olvidado que es jueves y que estamos en septiembre.
Le pregunto qué día es y ella cree que es martes, le digo que no. Trata de adivinar y corrige: es jueves. Lo sabe porque son los días que va a sus terapias en la Clínica de la Memoria del Centro Estatal del Adulto Mayor (CEAM), donde me ha platicado cómo es que sus recuerdos se le fueron de la memoria.
La psiquiatra Mariana Ibarra dice que los sentimientos como la depresión, el estrés o la falta de socialización son, muchas veces, las causas de los problemas de demencia y pérdida de la memoria. Hortensia fue víctima de la depresión durante dos años y poco a poco fue perdiendo su memoria a corto plazo.
Pero escucha la música que estaba de moda en su época y se le vienen a la mente los recuerdos de su juventud: cuando sus novios le llevaban serenata, cuando uno de sus hermanos renegaba por la comida que ella le preparaba, cuando salía a entregar a las tienditas del rancho el pan que su papá hacía.
La música está muy ligada a las emociones y las emociones a la memoria. Escuchar una canción que está unida a un recuerdo activa la amígdala en el cerebro, que lleva a que también se estimule el órgano de la memoria (hipocampo), todos conectados mediante el sistema límbico, explica el coordinador de la Clínica de la Memoria, Arnulfo Vázquez.
En algunos lugares del mundo se ha utilizado la música como terapia para las personas que padecen Alzheimer o problemas de pérdida de memoria; en la Clínica de la Memoria esto no se usa, aunque el psiquiatra Arnulfo está consciente de que las emociones pueden favorecer a que los recuerdos no se esfumen de la memoria de las personas con la enfermedad que se ha colocado dentro de las 10 principales causas de muerte en el mundo.
Para él, no hay suficientes estudios que comprueben que la musicoterapia puede ayudar a las personas con algún tipo de demencia. Allí, donde él trabaja, utilizan las terapias convencionales, las que ya saben que sí funcionan.
Es 2008. Hortensia y Romelia, su hermana menor, viven con su madre de 96 años en el Ejido Hipólito, de Ramos Arizpe. Se han convertido en las hermanas que, a sus 68 y 66 años de edad, siguen solteras y sin hijos.
En la casa del rancho, Hortensia y su madre se encargan de la cocina. Desde que era una adolescente, a ella siempre se le dio eso de preparar la comida de la casa, como a su mamá; Romelia está a cargo de la tienda de abarrotes. A diferencia de su hermana, a ella no se le dio la habilidad de preparar la comida, ella siempre fue buena con las cuentas y las ventas, como su papá.
La madre de las hermanas que comparten la soltería y un parecido físico que hace que la gente crea que son gemelas, es muy activa. No se nota que está a un paso de cumplir su primer centenario. Nada le duele, no tiene enfermedad alguna, anda de allá para acá en la casa y todavía convive en la cocina con Hortensia, con la música de José Alfredo Jiménez de fondo.
Son las 6 de la mañana de un día de 2008. La madre de las hermanas ya no despierta. Un infarto impide que llegue a los 100 años.
La vida de ambas cambia, pero no mucho para Romelia. Ella tiene que seguir con el negocio que les da de comer. No pasa mucho tiempo hasta que retoma sus actividades. Hortensia, en cambio, ya no prepara la comida, ya no pone a José Alfredo Jiménez para cocinar. Le hace falta su madre.
Hortensia quiere dormir todo el tiempo. No come. Adelgaza. Ya no sonríe. Ya no bromea. Sus párpados comienzan a caerse y todo el tiempo parece que tiene sus ojos cerrados.
Romelia no se da cuenta que su hermana está deprimida, tampoco sabe que se le olvidan las cosas. Le dice que se vaya a dormir para que descanse y ella le hace caso, pero duerme hasta seis horas todas las tardes.
Romelia cree que es normal. Que es la tristeza por haber perdido a su madre, que pronto se le pasará.
Pasa un año, Hortensia sigue igual, pero más delgada.
Pasan dos años, ya es 2010. Los vecinos llegan a la tienda del rancho. Le platican a Romelia que Hortensia está muy mal.
En su intento por recuperarse, sale a vender fruta y verdura casa por casa como cuando joven repartía el pan que hacía su papá.
Pero llega a alguna casa y se le olvida a qué va. Llega a otra y sólo se sienta y se queda dormida. Les fía a algunos y unos minutos después ya no se acuerda a quiénes les permitió que le pagaran después. Llega a su casa con dinero y ya no recuerda quién fue que le pagó.
Hortensia tiene el primer síntoma del Alzheimer: la pérdida de la memoria a corto plazo.
Cuando Romelia escucha los comentarios de los vecinos, decide llevar a su hermana con un doctor en Monterrey. Después de varias pruebas, le da el diagnóstico: una depresión muy fuerte y problemas de la memoria, todavía no llega a ser parte de las más de 35 millones de personas con Alzheimer en el mundo (en 2010).
Comienza el tratamiento médico. Para poder tratar la pérdida de memoria, primero hay que eliminar la depresión.
Algunos factores que son parte del Alzheimer son la edad avanzada, el abandono familiar, la perdida de los compañeros de vida o de un familiar cercano.
La música, como un elemento de manejo o canalización de emociones, ayuda a que el avance de la enfermedad sea más progresivo o más lento, asegura Eduardo Figueroa, director del Centro de Estudios Musicales de Saltillo y quien, desde 2001 trabaja con la musicoterapia con personas con discapacidad intelectual, autismo o parálisis cerebral. También ha trabajado con adultos mayores con inicio de Alzheimer.
La musicoterapia funciona de dos formas: la música como un lenguaje que ayuda a ejercitar los procesos del pensamiento, mayormente la corteza cerebral; y la música como una terapia emocional que ayuda a lidiar con los cambios de vida que se presentan en la edad adulta, y con el tratamiento de las emociones para recordar.
Se ha demostrado que la música, como terapia alternativa, ayuda a que el avance de la demencia sea menos rápido. Entonces, escuchar música y hacerlo estimulando otras partes del cuerpo como bailar, relajan, dice la psiquiatra Mariana Ibarra, subdirector del Centro Estatal de Salud Mental (Cesame).
La música como terapia se ha utilizado desde hace siglos, pero fue en los años 40, a raíz de la segunda guerra mundial, cuando comenzó a impulsarse más en Estados Unidos y se incluyó una carrera de musicoterapia en la Universidad de Missouri.
Un músico terapeuta debe trabajar con los médicos, con psicólogos, con educadores y administradores de los diferentes centros médicos como un miembro más del equipo para tratar no solo el Alzheimer, sino otros padecimientos, pero debe tener mucho conocimiento de causa de lo que se está tratando y de cada caso en particular.
Para poder aplicar la terapia a cada paciente, es necesario conocer la etiología de la enfermedad, si utiliza un tipo de fármaco, si tiene un diagnóstico médico, si está asistiendo a otras terapias, cuáles son sus gustos musicales, conocer sus habilidades, su historia, si tiene hijos, familiares, qué entorno le tocó vivir y así poder seleccionar la música que sea más afín.
Sobre esa música, se generan los arreglos necesarios para tratar de expresar emociones que pueden estar reprimidas.
La musicoterapia es parte del tratamiento de una persona con demencia, pero no es una cura para la enfermedad.
En Saltillo es difícil que se aplique la musicoterapia en las instituciones de salud pública porque no existen muchos especialistas en estos temas, opina la psiquiatra Mariana. Tampoco hay suficientes recursos y prefieren darle prioridad e invertir en otras áreas.
En Coahuila, por ejemplo, sólo hay 12 geriatras que deben atender a unos 300 mil adultos mayores que hay en la entidad, según el INEGI.
Es 2017. Hortensia se ha recuperado de la depresión. Este jueves le ha tocado la terapia y, junto con varias de sus compañeras, sigue las instrucciones que la terapeuta Gabriela Rodríguez Ruiz les da.
Esta vez les ha tocado trabajar memoria, orientación, cálculo, pero Gabriela se ha enfocado en ejercicios de memoria.
Les pone tres figuras para que las vean. Las tapa y los pacientes deben dibujar la figura que ve y en el orden que están.
Termina la terapia. A Hortensia le ha ido bien, ha recordado las figuras y se sienta a platicar.
La terapia convencional le ha ayudado. Dice que ya no se le olvidan tanto las cosas, que trata de no dormir durante las tardes y mantenerse ocupada. Nunca ha llevado musicoterapia, pero, por ser una paciente que apenas empieza con los problemas de memoria, puede funcionar.
No me escrebites / Y mis cartas anteriores no sé sí las recebites / Tú me olvidates / Y mataron mis amores el silencio que les dites.
Hortensia sigue escuchando la canción y cuenta cuando también se ponía en la pila de su casa y cantaba al ritmo de Pedro Infante.
POR QUÉ EL ALZHEMIER
La edad avanzada.
El abandono familiar.
La pérdida de los compañeros de vida.
La pérdida de un familiar cercano.
COMPLICADO
En Saltillo es difícil que se aplique la musicoterapia en las instituciones de salud pública, porque no existen muchos especialistas en estos temas
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