Una fiestera Anne Hathaway y su monstruoso y destructivo avatar, que siembra el terror al otro lado del mundo, son los ingredientes de la disparatada "Colossal", la última e inclasificable película del español Nacho Vigalondo que hoy se presentó fuera de concurso en el Festival de San Sebastián.

Vigalondo, cuyo corto "7:35 de la mañana" fue nominado a los Oscar, mezcla la comedia con el cine de kaijus (el término japonés para monstruos) en esta alocada historia que, como sucedió a su paso por Toronto, también dividió a la crítica: mientras que muchos rieron a carcajadas, a otros les pareció una auténtica tomadura de pelo.

El director de "Los cronocrímenes", que se considera "cinéfilo antes que cineasta", se defendió alegando que sus directores favoritos "siempre han sido polémicos". "El tiempo bendice a unos y condena a otros, pero un director debería desear hacer películas en el filo, que generen discusión", declaró. "Eso es aspirar a la alta cocina. Desear que tu película le guste a todo el mundo es como desear comida rápida".

En "Colossal", la ganadora de un Oscar por "Los miserables" da vida a Gloria, una neoyorquina sin empleo que se hunde en una espiral de borracheras hasta que su novio acaba dándole un portazo. Sin saber qué hacer, decide regresar al tranquilo pueblo del que huyó. Y todo va bien hasta que las noticias hablan de una especie de "Godzilla" real está arrasando con Seúl.

Consternada, Gloria empieza a detectar ciertas similitudes entre ella y el monstruo, cuyo comportamiento resulta no ser tan impredecible como parece. Lo que no sabe es que esa extraña conexión que siente con lo que ocurre en la capital surcoreana tiene mucho que ver con un amigo de la infancia (Jason Sudeikis) al que creía haber recuperado.

Vigalondo, que acudió al certamen acompañado del actor Austin Stowell, explicó que el filme ahonda en la dicotomía entre el pueblo y la ciudad. "Yo soy de Madrid pero vengo de Cabezón de la Sal. Y a veces especulo ¿y si tengo que volver al pueblo con el rabo entre las piernas? La película parte de esos miedos, de sentimientos bastante chungos".

Y es que "lo sepa uno o no, los personajes siempre son proyecciones de uno mismo". Según contó, hace tiempo que tenía en mente "la idea tonta de utilizar los monstruos gigantes como el avatar de un personaje y sus consecuencias en otro lugar". Pero no llegó a escribir el guión hasta que no encontró un arco emocional que le interesase.

A la pregunta que flotaba en la rueda de prensa, ¿cómo consiguió embarcar a Hathaway en algo tan delirante?, Vigalondo explicó que "podía contar una epopeya, pero fue increíblemente fácil". La actriz y Sudeikis se unieron al proyecto "nada más leer el guión". Y tras una primera toma de contacto, contó cómo compartió "anécdotas de borrachos" con ella para profundizar en el personaje.

La presencia de la actriz, aparte de facilitar mucho la producción, también le hace sentirse menos presionado. "La película se ha vendido a Estados Unidos y sólo eso hace que vaya a tener una vida muy diferente a cualquier otra película que haya hecho antes", señaló. Y que sea "una película de Anne Hathaway me relaja muchísimo", añadió.

Sobre sus intenciones con "Colossal", subrayó que "todo artefacto narrativo debe tener la libertad de hablar por sí mismo y convertirse en lo que la gente vea". "Me da mucha rabia cuando en los museos hay una etiqueta que explica el cuadro", apuntó. Y respecto a sus proyectos futuros, este "amante de los rodajes" contó que sobre todo, tiene deseos.

"Hay algo flotando en el aire que, de confirmarse, cumpliría mi pequeño sueño de hacer televisión en Estados Unidos", declaró. Pero lo más importante para él es tener "la libertad hacer una película pequeña, en España y en español, y a la vez una en Estados Unidos, con monstruos y rayos láser y coches explotando", añadió. "Me gustaría no tener que decidir y tenerlo todo".