Usted está aquí
Cobra, bache e incentivos perversos
El economista alemán Horst Siebert fue quien llamó “efecto cobra” a aquellas decisiones que generan incentivos perversos, es decir, que arrojan resultados contrarios y no deseados por el diseño o diseñador del plan. Seguramente muchos hemos escuchado sobre decisiones de política pública, o incluso en empresas o familias, que simplemente generan más problemas de los que se suponía estaban combatiendo. El señor Siebert basó el término “efecto cobra” en un ejemplo ocurrido en Delhi cuando los británicos manejaban India. El encargado de la región de Delhi, preocupado por la gran cantidad de víboras cobra (altamente venenosas y peligrosas) que había, decidió poner en marcha un plan para controlar el problema, ofreciendo una recompensa a quienes mataran cobras. Los resultados inmediatos fueron positivos, grandes cantidades de cobras fueron cazadas a cambio de la compensación ofrecida. Sin embargo, surgieron ciudadanos emprendedores que vieron una oportunidad de hacer negocio si criaban cobras y después las mataban. Con esto, el gobierno seguía pagando recompensas, pero la cantidad de cobras en el territorio no bajaba. Cuando el gobierno se da cuenta decide cancelar el programa y con ello quienes tenían criaderos de cobras decidieron soltarlas causando un aumento en el número de cobras comparado a cuando inició el programa.
Los ejemplos son más normales y habituales de lo que pensamos. La Ciudad de México tiene uno de los casos más citados cuando se habla del efecto cobra. El famoso programa “Hoy No Circula” para combatir la contaminación es una referencia obligada. En 1989 se instituye el Hoy No Circula para que los autos circularan solamente cuatro días entre semana. Inicialmente el plan tuvo éxito, pero muchos empezaron a comprar un segundo auto para poder circular el día que no les tocaba. Esos autos eran generalmente baratos y viejos, más contaminantes que su auto original. Así, a unos años del inicio del programa se acabó con un parque vehicular más contaminante y con mayores problemas de tráfico. Hay investigaciones que hablan de un aumento de alrededor del 13 por ciento en contaminación debido al aumento en el número de autos viejos para sacarle la vuelta al Hoy No Circula. Vietnam tuvo un resultado similar tratando de erradicar las ratas de Hanoi sin cuidar los incentivos perversos.
Y es aquí donde podemos detenernos a pensar si los gobiernos en general, y el gobierno mexicano actual en particular, realmente toman en cuenta que constantemente generan incentivos perversos. Es prácticamente imposible evitar que se generen estos incentivos, lo interesante sería ver si existe el análisis mínimo por parte de quienes toman decisiones para reducir la cantidad de “efectos cobra” que ocurren bajo el mando de uno u otro gobierno. Los ejemplos que tenemos a la mano nos deben hacer pensar que cuidar el efecto cobra no es parte del proceso de decisiones del actual gobierno, independientemente de si lo fue en mayor o menor medida para gobiernos anteriores. Tal vez el ejemplo que podría marcar para siempre a este gobierno es su propio slogan de “Primero los pobres”. La intención ha sido poner a los pobres primero y buscar una transformación que reduzca su número, pero por algún motivo los resultados son similares a la campaña de las cobras en Delhi y estamos atestiguando que no hay menos pobres, sino que su cifra ha aumentado. Esto a pesar de programas sociales distintos, aumentos en el salario mínimo y un enfoque en el rollo de que se quiere combatir la pobreza con ideas nuevas. Bueno, lo que se ha hecho hasta ahora no ha funcionado y ahí está el más reciente reporte del Coneval que muestra un aumento en la pobreza de casi 4 millones de mexicanos de 2018 a 2020 (y no, culpar sólo a la pandemia no es razonable).
Entonces, ¿será que el efecto cobra está en muchas de las políticas de este gobierno y que por eso cuando decide pagar por sembrar árboles, hay quienes queman bosques enteros para hacer terreno donde puedan sembrar más árboles? ¿O cuando se decide a garantizar el abasto de medicinas o gas LP, acabamos con desabasto de estos insumos? ¿O que se mide por vacunas compradas y no por vacunas aplicadas y por eso tenemos 20 millones de dosis en inventario? ¿O que aquello de tener un gobierno eficiente, austero y no corrupto, con funcionarios mal pagados sólo perpetúa la corrupción y la ineficiencia? El anuncio de la semana fue un programa de bacheo (sí, de ese calibre son ahora los programas estelares de una de las economías más grandes del mundo) y me pregunto si acabaremos con más baches de los que empezamos si el programa no cuida bien los incentivos que pondrá en la mesa. Esperemos no repartan 100 pesos al ciudadano por cada bache tapado. Si eso es parte del plan, voy a poner una tienda de picos, sería un gran negocio.