Coahuilense tramita amparo para medicina a base de mariguana

Usted está aquí

Coahuilense tramita amparo para medicina a base de mariguana

Por su salud. Los padres de Emili Zoé, de 2 años de edad, luchan por encontra un tratamiento para su hija. Foto: FRANCISCO RODRÍGUEZ
Padres de niña de Torreón buscan autorización para uso de Cannabidiol, para terapia
Es el derecho a la salud de mi hija y por eso necesitamos el medicamento
José de Jesús Vargas Gutiérrez, padre de Emili Zoé

TORREÓN.- Los padres de la pequeña Emili Zoé, una niña de Torreón que padece el síndrome de Lennox-Gastaut, el mismo que la niña Grace de Monterrey, solicitaron permiso a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para el uso del medicamento llamado Cannabidiol, fabricado en los Estados Unidos.

Así mismo, ya emprendieron el proceso legal de amparo en caso que la autoridad de Salud les niegue la autorización. 

“Es el derecho a la salud de mi hija y por eso necesitamos el medicamento”, dijo José de Jesús Vargas Gutiérrez, el joven padre de Emili.

La pequeña de 2 años sufre hasta 40 convulsiones por hora y toma un coctel de ocho medicamentos al día, mismos que son muy costosos y los padres no tienen trabajo. La joven pareja es ayudada por los abuelos. 

“El permiso puede tardar mucho, entonces por eso metimos el amparo para que sea más rápido”, explicó José de Jesús Vargas. 

Los padres no ven a la Cannabidiol como una droga, aunque provenga de la mariguana, sino como un medicamento que puede mejorar la vida de su hija. 

Marlene Vaquera Ibarra, madre de Emili, dijo que se han informado y que inclusive ya platicaron con los padres de Grace. 

“Empezamos a investigar sobre Charlotte en Denver, Colorado, y sobre Grace. Como padres nunca esperamos esta situación y no vemos mejoría sino que empeora”, comentó. “Muchas personas están mal aconsejadas y tienen un punto de vista malo sobre el medicamento”.

Aseguró que en su búsqueda de ayuda para su hija han conocido muchos otros casos de gente con este padecimiento. 

“Hay gente de ranchitos, de Saltillo, mucha gente mayor también pero… no sé, quizás por miedo o por falta de información, no alzan la voz”, expuso Marlene.