Coahuila, sin Cervantes… Y sin Borges

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Coahuila, sin Cervantes… Y sin Borges

El mundo todo se alista para recordar a Jorge Luis Borges en el 30 aniversario de su muerte. En ciertos países nunca lo han olvidado. 

Aniversario luctuoso sí, pero pretexto idóneo para una vez más, leer y releer a uno de los más grandes escritores en lengua española. 

Actividades están programadas para junio tanto en la Ciudad de México como en Tijuana. En Guadalajara y en Monterrey. En casi todo el País, menos aquí.   

La muerte, en varios casos, es la vida eterna. Paradójicamente, al morir, se trasciende. Se muere para vivir eternamente. 

Pero como siempre sucede en estos especiales casos de la vida, lo trivial le gana al conocimiento; la estulticia le gana al genio y nos regodeamos en nuestra ignorancia enciclopédica. Es lo que pasa en Coahuila. No prevenimos el delito, sino alentar la Fuerza represora. Es más fácil surtir de bala con una fuerza intimidatoria, que educar. Hostigamiento, no investigación.  
Un amigo o un familiar realmente mueren cuando dejamos de pensar en él. 

Las ciudades arden, los maleantes acechan en cada esquina, la gente palidece y termina por morir y habitan los cementerios dedicados para ello. Pero, un ser humano muere cuando ya no habita jamás nuestro corazón y nuestro pensamiento. 

Y sucede un sino característico con la mayoría de los buenos escritores: es necesario morir para permanecer. Atados a dejar huella, la masa de iletrados nos gana la partida en sus efímeros juicios que hoy son oro y mañana bisutería: twitter. 

Sucede lo anterior con el esteta argentino Jorge Luis Borges –el famoso “José Luis Borgues”, en el dislate del entonces iletrado Presidente de México, Vicente Fox–, quien en este 2016 ha cumplido su XXX Aniversario de muerte al dejar el mundo de los terrícolas y habitar para siempre el mundo de los semidioses.

Pero, cosa curiosa en un mundo de futbolistas sin cabeza y no de letrados, como lo es la Argentina: para que los hinchas de fútbol supieran de lo que se estaba hablando, la televisión —la gran madre educadora de los hispanohablantes— hizo un sondeo entre sus teleadictos para conocer la opinión de éstos sobre el literato Borges, a lo cual un fanático sin tapujos en la boca declaró en año pretérito: “Era el Maradona de la literatura argentina”.

¿Cómo luchar contra la estupidez y la estulticia si está anida y está en todas partes?  El 14 de junio de 1986, los medios de comunicación del mundo entero daban la noticia: Borges moría en un hotel en Ginebra, Suiza, donde aún en horas anteriores a su muerte, estudiaba japonés y leía con ayuda de María Kodama, textos orientales. 

Esquina-bajan

Sólo para recordar, en el Aniversario XX de su muerte (2006), se instalaron televisores (meses de junio y julio) en las escuelas y colegios de la Argentina, con tal de que los alumnos siguieran de cerca los juegos de su Selección Nacional de Fútbol durante la realización de esa Copa del Mundo. De Borges, las celebraciones brillaron por su ausencia. 

Nada nuevo lo mismo en Argentina que en México. En pleno fervor deportivo, los argentinos se olvidaron de su héroe literario y se volcaron a los televisores para ver en cadena nacional la derrota de sus ídolos de barro. 

Aquí en México y para este Aniversario, se tienen preparados gallardos homenajes a Jorge Luis Borges (1899-1986), los cuales tendrán como epicentro y como siempre, a la Ciudad de México. Sin exentar actividades de valor en Guadalajara, Puebla, Monterrey, Tijuana. Entre las actividades de lectura de sus textos, conferencias, acercamientos críticos y debates en torno a su obra, se ha proyectado la visita de Roberto Alifano, quien fue amanuense del maestro ciego. Al igual que ciego fue Homero y John Milton. Se les llama ciegos, no “invidentes”, como ahora la terminología descafeinada obliga. Alifano se encargaba de pasar en limpio los escritos del poeta.   

Éste ha dicho que recuerda al autor del Alpeh como un ser literario: “Un hombre que se encontró la literatura y a partir de entonces sus aportes fueron esenciales en todo sentido, principalmente porque Borges era un hombre de genio”. Borges es eterno, aunque su presencia esté ausente en los círculos culturales estatales. 

Ana Sofía García Camil tiene la respuesta de esta ausencia. Aquí y al parecer —como Fox en su momento—, ni siquiera saben de su existencia. En Coahuila, no obstante, hay fieles, buenos y memoriosos lectores del sabio argentino. De la Secretaría de Cultura me mandan unos recortes de su Facebook donde dicen, de sus actividades a favor de Cervantes. ¿Si existe en Facebook es legal y son ciertos? Caray, por eso estamos así. 

Letras minúsculas

Coahuila, sin Cervantes… Y sin Borges. No educación, sino represión.