Coahuila insumiso: las verdades

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Coahuila insumiso: las verdades

El antiguo mito griego de la caverna refería a seres ignorantes absorbidos por una obscuridad y cegados por el desconocimiento de hacia dónde irían sus vidas y sus obras.

La luz, al final del único agujero de ésta, reflejaba la verdad que al principio era indescriptible, pero el transcurso del tiempo permitía a los seres humanos entender y conocer las situaciones, maneras y objetos de la existencia.

La verdad se consideraría, así como lo que es, lo que está y que no se puede cambiar.

Por ende, para los griegos la verdad era necesaria que emergiera desde sus obscuridades para iluminar al mundo.

Siglos después los anarquistas señalan que es necesario “que la verdad emerja desde los tugurios, porque de las Alturas no se arrancan más que mentiras”.

Sin la verdad el conocimiento de las cosas y sus maneras serían imposibles; en homenaje ella nos traslada a estados de tranquilidad y de paz, porque ¡ay del que la esconde!, porque sus noches se transforman en días y sus días en pesadillas, esconder la verdad quema, duele y nunca paga bien.

Verdad de vida, verdad que traduce a nuevos mundos los existentes, los que no hieren y se apuntalan con ella.

Así no sólo es la piedra angular de las personas, sino también de las instituciones, la verdad no sólo es símbolo, sino bandera de la luz y la mejor manera de estar tranquilo con la conciencia.

Frondizi señala en su libro “¿Qué Son Los Valores?” que éstos tienen ciertas características como la bipolaridad, es decir, que ante un valor encontramos un contravalor y la ponderación, porque podemos encontrar una cosa más bella que otra, por ejemplo, sin que la anterior pierda su valor.

El valor es así la característica que tiene un objeto que lo hace atractivo a los sentidos, la verdad es un valor difícil de conceptualizar en la axiología porque a veces el que dice la verdad no lo hace para hacer un bien, por ejemplo, o a veces decir la verdad a un moribundo es casi matarlo.

Así, la mentira, aunque sea piadosa, es un contravalor, así se mienta para salvar a alguien.

La verdad tiene varias consideraciones en los medios humanos, ya que –por ejemplo– encontramos que la verdad legal es la que se contiene en las resoluciones de los jueces. La verdad de la fe la halla el hombre que encuentra a Dios y su infinita sabiduría; la científica que ve en las cosas un descubrimiento, en esta en específico encontramos que el conocimiento de la verdad científica de la bomba atómica, que fue un valor en sí, causó destrucción y se convirtió en un contravalor.

Este año de incertidumbres nos enseñó a no estar del todo perdidos, ya que existe la posibilidad que nuestras mejores intenciones y acciones nos conviertan en mejores personas al retorno.

Seres humanos que se rindan ante la verdad y la enlisten en sus prioridades, aunado a la honestidad en el actuar y la rectitud en el proceder.

Verdad, a ti el homenaje de la sabiduría y de encontrar en ti la realidad de las cosas, que surjas no importa de dónde, pero que terminen las pesadillas de la incertidumbre.

Tengan mis lectores una muy feliz Navidad cuidando su salud al máximo y retornando plenos a la jornada.