Coahuila 2017: ¿el derrumbe final? (1)

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Coahuila 2017: ¿el derrumbe final? (1)

PANÓPTICO

Una por una, caen las fichas del dominó de la alternancia electoral en el norte del País: Durango, Chihuahua, Tamaulipas y Nuevo León.  La ficha Coahuila se tambalea. ¿Perdería ésta en 2017, el raro privilegio de ser una de las cinco entidades priístas, sin alternancia en la gubernatura? 

Ante tal posibilidad, Campeche, Colima, Hidalgo y Estado de México observan a Coahuila aterrorizados, porque anticipan el apoyo presupuestal y político de los cuatros estados de oposición colindantes para fortalecer el bloque opositor coahuilense; e imaginan también, la presión psicológica que incidirá en el ánimo colectivo de los coahuilenses para demostrar que tienen “los tamaños” para impulsar, como sus vecinos, la alternancia electoral en Coahuila. 

Un eufórico Bernardo González, presidente estatal panista, lo ratifica cuando declara: Lo sucedido el 5 de junio “es una antesala de lo que serán las elecciones para Gobernador el próximo año en Coahuila, pues la entidad está urgida de una alternancia política”. 

Rápido responde, Miguel Riquelme, aspirante a la candidatura priísta: “Calmado Bernie, que no son enchiladas de guajolote, estamos a un año (de las elecciones). Coahuila ni es Durango ni Tamaulipas, Coahuila es Coahuila”. 

Y tiene parcialmente razón: El resultado electoral del 5 de junio no define de manera automática el derrumbe priísta en 2017. El PRI-Coahuila evitará la división interna ocurrida en Durango y mantendrá las riendas firmes en seguridad pública, al contrario de Tamaulipas. 

De ahí las preguntas: ¿podrán armar los panistas una candidatura única que sume a los distintas fracciones panistas, al PRD, a los calefactos de la UDC e independientes? 

Bajo contextos y tiempos diferentes, ¿qué estrategias utilizarán en 2017 para beneficiarse del voto anti-priísta que cayó en el regazo de la alianza PAN-PRD el pasado 5 de junio de manera fortuita? 
¿Tendrán capacidad para movilizar ese voto por encima de los 450-500 mil votos de la estructura electoral priísta? 

¿Será la deuda heredada por Humberto Moreira, suficiente y único argumento para exaltar a ese votante anti-priísta y exigir obligada justicia? 

¿Dónde obtendrá los recursos financieros para armar su base electoral, hoy inexistente, y cimentar dichas estrategias? 

¿Cómo intentará el PRI evitar el derrumbe de la ficha Coahuila? (continuará).