‘Clouds’; ‘No tienes que enterarte que estás muriendo para comenzar a vivir’

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‘Clouds’; ‘No tienes que enterarte que estás muriendo para comenzar a vivir’

ESMIRNA BARRERA
Si puedes entender que hay algo eterno, entonces toda la parte del sufrimiento tiene mayor sentido

A mi amigo Guillermo Loreto. Hombre sabio, de espíritu incansable e inquebrantable fe. Valiente ante los infortunios y la adversidad.

 

Carlos R. Gutiérrez

El nombre de esta entrega refiere a una película disponible en Disney+. Este sincero y emotivo filme se inspira en el libro “Fly a Little Higher”, de Laura Sobiech, que narra la conmovedora historia del jovencísimo Zachary David Sobiech, quien a los 13 años fue diagnosticado con osteosarcoma.

En respuesta a esta situación terminal, Zach grabó la canción “Clouds”, convirtiéndose en un vídeo viral que sobrepasó los tres millones de visitas hasta su muerte (http://www.youtube.com/watch?v=sDC97j6lfyc).

Adicionalmente, el 3 de mayo de 2013 cuando su salud se agravó, la productora SoulPancake lanzó un documental titulado “My Last Days”, que expresa un poderoso testimonio sobre la vida de Zach y su familia (http://www.youtube.com/watch?v=9NjKgV65fpo).  Evidencia que desde entonces ha provocado en infinidad de personas que lo han visto, comprender de manera distinta sus propios problemas y tormentos.

El 20 de mayo de 2013, a la edad de 18 años, Zach perdió la batalla, dejando un hermoso legado de valentía, esperanza y amor.

Paradójicamente, este padecimiento nunca lo venció, jamás lo derrumbó; más bien, esta le brindó una inquebrantable fortaleza, inclusive entusiasmo y alegría.

Su espíritu de lucha, su júbilo y contagiosa sonrisa, su amor por la existencia, su única manera de llevar a cuesta la presencia de lo inevitable, lo convirtió en testimonio de vida para millones de personas alrededor del mundo. 

“Clouds” es una reflexión sobre la vida, la muerte, los sueños y el éxito, pero también sobre la visión de una familia que ve a un hijo como la luz que ilumina sus días, pero que lentamente se apaga. Que agoniza.

NO TIENES…

“Todos hemos sido llamados, por de pronto, a vivir. Entre los miles de millones de seres posibles fuimos nosotros los invitados a la existencia… Y ésta fue nuestra primera y radical vocación a nacer, a realizarnos en plenitud, a vivir en integridad el alma que nos dieron. Ya esto sólo sería materia más que suficiente para llenar de entusiasmo toda una existencia, por oscura y desgraciada que sea.

Fuimos, después, llamados al gozo, al amor y a la fraternidad, otras tres vocaciones universales. Colocados en mundo que, aunque haya de vivirse cuesta arriba, estalla de placeres (la luz, el sol, la compañía y medio millón más), ¿cómo entender el aburrimiento de los que han llegado a convencerse de que son vegetales o animales de carga?

Y fuimos finalmente llamados a realizar en este mundo una tarea muy concreta, cada uno la suya. Todas son igualmente importantes, pero para cada persona sólo hay una –la suya– verdaderamente importante y necesaria”, pido prestadas estas palabras de Martín Descalzo como encuadre del comentario de hoy.

Ciertísimo, para cumplir con las vocaciones universales que Martín comenta también conviene comprender las palabras de Zach: “no tienes que enterarte que estás muriendo para comenzar a vivir”.

ANTE TODO

Cuando en noviembre del 2009 le diagnosticaron este cáncer que ataca a los huesos, los doctores le dieron un año de vida. Lejos de quedar devastado y desolado, Zach tomó una trascendental decisión: ¡vivir sus últimos días a plenitud, regalar toda su alegría a su familia y tratar de hacer todas las cosas que había soñado! Y vaya si lo hizo.

MONOPOLIO

Así Zach, guiado por su profunda fe católica, dirigió sus esfuerzos a la música, dedicándose a escribir numerosas canciones. A pesar de tener el tiempo en contra,  gracias a sus conciertos y al éxito de “Clouds”, Zach llevó un mensaje de esperanza y alegría a personas enfermas, pero igualmente a millones de personas que estando bien equívocamente creen que sus problemas son más grandes que la esperanza, la fe y fortaleza que reside en sus propios corazones; a esos que piensan que están viviendo el momento más negro de sus vidas cuando tontamente creen que poseen el monopolio del dolor y la miseria del mundo.

SI PUEDES ENTENDER…

Su familia, basada en la fe, pudo comprender la enfermedad de Zach como algo más que desventura y angustia. La oración les sirvió como fuente de fortaleza para enfrentar este angustioso padecimiento. Así pudieron superar más de una docena de operaciones, infinidad de días en el hospital y cientos de informes médicos totalmente desesperanzadores.

A pesar de todo, para ellos la enfermedad se convirtió en propósito y sentido, que no pueden ser comprendidos desde el ámbito de lo temporal y terrenal: “nos dieron esta situación como una oportunidad. Tuvo un propósito. Era parte del plan de Dio… Si puedes entender que hay algo eterno, entonces toda la parte del sufrimiento tiene mayor sentido. Si solo enfrentas tu situación en este mundo, y este mundo lo es todo para ti, entonces tienes un gran problema”.

Inclusive, Amy Adamle, la novia de Zach, fue bendecida: “su fe ha hecho que mi fe sea más fuerte, porque incluso en los momentos oscuros, él aún buscó a Dios. Me ayuda saber que puedo hacer eso”.

AGALLAS

“Clouds” refleja la manera en que este joven católico decidió enfrentar su enfermedad: en lugar de postrarse y dejarse llevar por el desánimo y la tristeza, optó por la alegría. Su inquebrantable fe le hizo comprender que las personas que tienen una razón por la cual existir, por quién o quiénes vivir, por quién o a quiénes amar, todo lo soportan, todo lo trascienden.

Supo salvar las circunstancias “haciendo” a la vida cada momento; cada segundo; y comprendiendo que, al final, en definitiva, en la tumba muere la muerte, jamás la vida.

RENGLONES

¿Cómo explicar la coexistencia del sufrimiento, la desdicha y el dolor con la alegría? ¿Cómo puede la sonrisa aflorar en el rostro del afligido? Esto es un misterio; me queda sólo decir que “Dios escribe derecho por renglones torcidos”, pues existen millones de cosas que esencialmente no entendemos, ni jamás comprenderemos; sólo nos queda ser más humildes ante el enigma de la mismísima existencia, ante la realidad de nuestra propia finitud.

Sin duda, hay más razones de las que uno cree o piensa, para caminar con alegría y esperanza ante las penurias y el anuncio constante de lo ineludible; ante las circunstancias de la cotidianidad de la vida. Razones que para todos están frente a nuestros ojos, pero no las vemos. Razones de vida que nos murmuran al oído y no las escuchamos. Razones que están en nuestro corazón y no las descubrimos; que están en nuestros semejantes y deliberadamente obviamos.

COMO ZACH… 

Tal vez, para ser jóvenes plenos de espíritu es necesario tener la actitud de ser agradecidos, cumplir con la vocación conferida y aprender a ser lo que cada quien somos con mayor altitud. Existir con voluntad y humildad, comprendiendo que jamás es tarde para empezar, pero que el tiempo se agota rápidamente y no hay segundo a desperdiciar.

Para ser jóvenes de espíritu jamás hay que caer en el abismo del desaliento y la desgracia de la desesperanza.

MISIÓN CUMPLIDA

La alegría y la particular sonrisa de este joven valiente se encuentra empaquetada en el corazón de las personas a quienes su testimonio de vida les ha servido de ejemplo. Les ha inspirado.

Zach, a su corta edad, cumplió con la finalidad de su existencia: vivió con integridad del alma que le fue dada, ante el miedo y su dolor, fue gozoso y regaló gozo, amor y fraternidad a propios y extraños y, finalmente, consumó cabalmente su tarea con alegría, música, canto y entusiasmo.

Que gran ejemplo es Zach para esos jóvenes –y no tan jóvenes– que hoy, justamente ante el daño ocasionado por la terca e interminable pandemia, requieren de testimonios vitales: repletos de razones de vida y esperanza.

Que bueno sería para ellos comprender íntimamente las palabras de Zach: “no tienes que enterarte que estás muriendo para comenzar a vivir”. 

La brevísima, pero intensa y talentosa vida de este maravilloso muchacho, representa un himno a la vida. Su atemporal testimonio es también un canto a esa esperanza que hoy, para muchos, se encuentra erosionada. Agobiada.

Extraviada.

Es cierto, Zach: lo que muchos dan por hecho, otros cotidianamente luchan por ello; tal como tú heroicamente lo hiciste.

Posiblemente, dar por hecho, es morir un poco. O dejar de vivir un mucho. O dejar de volar muy alto (https://www.youtube.com/watch?v=iU6v9KIdLpE&ab_channel=TrailersInSpanish).