Washington.- La candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, adelantó que, si gana las elecciones de noviembre, pedirá al vicepresidente de EU, Joseph Biden, que siga liderando e impulsando la campaña que encabeza actualmente para derrotar al cáncer.

Clinton y Biden realizaron su primer acto de campaña juntos en Scranton (Pensilvania), la ciudad natal del vicepresidente y también del padre de la ex secretaria de Estado, Hugh Rodham.

"Si soy elegida este otoño, voy a pedir a Joe que continúe el importante trabajo que ha comenzado para ayudarnos a pelear y derrotar al cáncer", declaró Clinton al comienzo de su mitin junto a Biden.

El vicepresidente de EU encabeza desde comienzos de este año un grupo de trabajo que cuenta con un presupuesto inicial de 1,000 millones de dólares y cuyo objetivo es recabar recursos públicos y privados para la investigación sobre el cáncer.

Biden convirtió la lucha contra el cáncer en una prioridad personal desde que perdió en mayo de 2015 a su hijo Beau, de 46 años, debido a un tumor cerebral.

El Gobierno del presidente Barack Obama bautizó esta campaña como su particular "lanzamiento a la Luna", en homenaje a la promesa que hizo el entonces presidente John F. Kennedy hace 55 años de llevar a EU a la Luna.

Por otro lado, Clinton subrayó durante el mitin que Biden "nunca se olvida de dónde viene", de sus orígenes, y que siempre ha sido y sigue siendo "un luchador" que se preocupa de las familias trabajadoras.

El acto de hoy junto a Biden estuvo centrado en apelar precisamente a los votantes trabajadores de clase media y, en particular, a los hombres blancos, un grupo entre el que Clinton flaquea frente a su rival republicano por la Casa Blanca, Donald Trump.

"Siempre recuerdo que soy la nieta de un trabajador fabril y la hija del propietario de un pequeño negocio", afirmó Clinton durante su discurso.

Los sondeos más recientes otorgan a Clinton una cómoda ventaja sobre Trump en el estado de Pensilvania.

Por su composición socioeconómica, con predominio de blancos de clase trabajadora con poca formación y muy afectados por la desindustrialización, Pensilvania es uno de los estados cruciales para Trump en su estrategia hacia una victoria en noviembre junto a Ohio y Michigan.