Pese a la gravedad de la enfermedad de Arturo Mesta Sandoval y la falta de medicamentos en la Clínica del Magisterio de la sección 38, se han negado a transferirlo a otro hospital aunque la esposa del paciente lo ha exigido.

Norma Rodríguez Martínez, esposa de Mesta Sandoval, denunció a VANGUARDIA que desde hace aproximadamente dos semanas, su esposo enfermó gravemente, luego de que le creciera el corazón porque tiene obstruidas algunas válvulas.

Acudieron a la Clínica del Magisterio, donde le dijeron que debía hacerse varios estudios, que se realizaron durante una semana y cuyos gastos corrieron por parte de la esposa del paciente; posteriormente, fue internado, sin embargo, el medicamento que requiere es inexistente en el nosocomio.

Debido a eso, Norma debe pagar con su dinero por el tratamiento de su esposo y, en sólo dos semanas, ha gastado alrededor de 17 mil pesos, sin embargo, los recursos que ella ha invertido no le serán devueltos.

Trascendió que, aunque es ella la que está costeando el tratamiento de su esposo, también le robaron una ampolleta del medicamento de alta especialidad y que tiene un costo muy elevado de su esposo al interior de la Clínica del Magisterio, por lo que tuvo que ir de urgencia y en la madrugada al Hospital Universitario para preguntar si le vendían la medicina.

“Esa vez tuve que ir al Hospital Universitario, pero ahí me dijeron que no me lo podían vender porque ellos debían cuidar la salud de sus pacientes y me dieron otro medicamento parecido. Ahora la medicina la tengo en el cuarto”, comentó Norma.

Reiteró que está pidiendo que lo subroguen a otro hospital como derechohabiente, pero en la clínica se niegan, le dicen que se espere y que no es necesario, que ahí tienen la especialidad de cardiología.

Debido a la falta de medicamento, no se ha visto mejoría, por lo que desea ir a otro hospital para que su esposo tenga la atención adecuada.

Sumado a eso, pese a que el estado de salud de su esposo es delicado, el pasado viernes uno de los doctores lo quería dar de alta con el argumento de que “no tenía caso que estuviera en la clínica”.

“Yo pido que me le den la atención debida, o que le apliquen el medicamento a su debido tiempo y en el horario porque ahorita no hay medicamento y mi esposo no ha mejorado por eso”, externó Norma.

Esa vez tuve que ir al Hospital Universitario, pero ahí me dijeron que no me lo podían vender porque ellos debían cuidar la salud de sus pacientes y me dieron otro medicamento parecido”.
Norma Rodríguez Martínez, esposa del paciente.