Claudia López fue elegida el domingo alcaldesa de Bogotá, la primera mujer en ocupar ese puesto y la primera abiertamente homosexual en encabezar una capital en Latinoamérica.

López ganó la alcaldía con la promesa de combatir la corrupción y hacer avanzar la igualdad de derechos para las minorías, en un triunfo elogiado como un avance importante para las mujeres y los derechos de las personas LGBT.

La candidata del partido Alianza Verde obtuvo más de 1.1 millones de votos, alrededor del 35%, para vencer a Carlos Galán por 2,7 puntos porcentuales.

Latinoamérica es una región que avanza lentamente en materia de derechos para la comunidad LGBT, pero aún conserva añejas barreras de prejuicios culturales y desigualdad.

“Hoy era el día de las mujeres”, dijo ante sus simpatizantes. “Siempre supimos que sólo si nos uníamos podíamos ganar. Y así lo hicimos. ¡Nos unimos, ganamos, hicimos historia!”

Se comprometió a continuar uniendo a los colombianos de todas las tendencias políticas y a mejorar los servicios, incluido el transporte público.

Muchos miembros de la comunidad LGBT elogiaron el triunfo de López como un paso importante en un país donde los homosexuales y las lesbianas aún enfrentan acoso. A principios de este año, un hombre fue grabado mientras empujaba e insultaba a dos jóvenes homosexuales de veintitantos años que se abrazaban y caminaban tomados de la mano en un lujoso centro comercial de la capital colombiana.

Blanca Durán, expolítica de la ciudad, dijo al diario El Espectador que con el triunfo de López, Bogotá “dio un ejemplo para el país”.

“Mostró que es la ciudad del respeto, de la diversidad, en la que podamos avanzar en derechos”, añadió.

Candidatos de partidos centristas y progresistas ganaron varios puestos importantes en las elecciones locales de Colombia, las primeras desde que se firmó un acuerdo histórico de paz con los rebeldes izquierdistas de las FARC.

El expresidente conservador Álvaro Uribe reconoció el revés que sufrió su partido, afirmando en Twitter: “reconozco la derrota con humildad. La lucha por la democracia no tiene fin”.