Fotos: HÉCTOR GARCÍA Y OMAR SAUCEDO

Ahí están, unidos y distantes. Cumpliendo con las normas y reglas; las constitucionales, las republicanas y las del decoro. Tras las batallas electorales y en algunos casos jurídicas, llega la hora del relevo, en el Legislativo y en los Ayuntamientos.

Ceremonias de etiqueta, de elegancia, de poder. Caras de desvelo, ¿acaso resaca? Emoción.

El poder (a veces la ideología) los une y los divide. Pero ahí están, juntos, convergiendo en el protocolo y la civilidad política. Algunos unidos en su casusa (y quizás sus intereses), otros pintando la raya, proyectando los días que vienen.

Están presentes políticos de antes e invitados especiales.

En democracia (o partidocracia) así funcionan las cosas. Todos juran que cumplirán con la Constitución y las leyes que de ella emanen… de no hacerlo, dicen estar conscientes que el municipio, el Estado y la Nación se los demandará.

Hay caras nuevas, muy pocas; hay expectativas de cambio, muchas, hay promesas por cumplir. Llegó la hora, habrá que ver sus acciones y resultados.