Civilización erosionada

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Civilización erosionada

Han faltado el tener justo y el saber suficiente.

Se extiende así la inconformidad y la ineptitud. Se rompen los equilibrios indispensables para que las relaciones sean inocuas y amigables.

  Brota la indignación en los oprimidos, los excluidos, los frustrados y se inventan caminos destructivos de violencia. Se sustituye el diálogo por el enfrentamiento. En cualquier comunicación no hay interlocutor sino adversario. El denuesto y la descalificación, la burla y el desprecio desconocen valores en el diferente. Se le atribuye siempre pésima intención y acciones deplorables. 

Se pierde altura y la autoexaltación lleva a satanizar al contrario. Se busca entonces una guerra en que todo se valga, menospreciando coloquios, acuerdos, negociaciones. La fuerza se hace presente en la prepotencia del poderoso y la resistencia agresiva del atropellado.

La civilización resulta erosionada. La ley queda solo escrita en el papel. Unos la desconocen, otros la malinterpretan, aquellos la aplican defectuosamente, y los de más allá imponen sanciones mínimas y no faltan quienes las disminuyan o las evadan.

Se prefiere la calle al tribunal o a la mesa de diálogo. Se abandona la actitud civilizada de suponer buena voluntad mientras no se demuestre lo contrario, de reconocer la dignidad humana y el derecho del opositor a disentir. 

Se va contaminando el ambiente de convivencia y se levantan muros en lugar de tender puentes. La aspereza del lenguaje ocupa el lugar que debiera tener la caballerosidad, la actitud deportiva de constante respeto al contrincante.

Las ideas en lugar de complementarse acaban chocando y el choque no solo intenta denunciar conductas sino acaba condenando personas. Se produce así una situación enfermiza que dificulta mucho el avance pacífico hacia metas de bien común.

Se requiere una nueva forma de educar y un nuevo modelo económico para la comunidad nacional. Ahora que se evalúa a los maestros y se proyecta su capacitación, se requerirá una modernización de métodos, técnicas y actitudes para que los centros educativos lo sean en todos sus aspectos dando una humanización integral a los estudiantes.

Hogar, escuela, comunidad de fe, medios de difusión, cimentados en una ética equilibrada y madura, son los recursos civilizadores capaces de contrarrestar la erosión que se observa y se padece actualmente. La presencia de la violencia familiar y el acoso, la intimidación, la exhibición burlona, el hostigamiento que molesta y lastima a los escolares prepara la selva pavimentada y el canibalismo con tenedor en la convivencia social, profesional, comercial, cultural y política.

La autosanación de una sociedad ha de acelerarse y profundizarse para que haya respetuosa madurez en todas las relaciones humanas. Erosionar la civilización es una involución retrógrada y deshumanizante...