Ciudad Deportiva: el reflejo de un gobierno
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Ciudad Deportiva: el reflejo de un gobierno
Año y medio y 80 millones de pesos después, la Ciudad Deportiva reabrió al público. Lo que ha sucedido con ese espacio en los últimos cinco años, resume bastante bien al actual gobierno.
Al inicio del sexenio, dos ideas se pusieron en práctica: cobrar la entrada y organizar cuadrillas de burócratas “voluntarios” para limpiar y pintar. Lo primero resultó una reacción poco meditada frente a unas finanzas débiles consecuencia de un endeudamiento del que, por mucho tiempo, no se le conocía la magnitud (suponiendo que ya se le conozca); lo de las cuadrillas de “voluntarios” era “hacer algo con lo que se tuviera”... y la mejor idea que se tuvo fue comprarle una brocha y pintura a cientos de personas, citarlas temprano, ponerlas a “chambear”.
El logotipo y emblema de por aquél entonces era “Aquí se sonríe” mismo que se abandonó por razones que sólo pueden sospecharse: sonaba irreal, como una imposición autoritaria, como quien quiere crear una realidad a partir de repetir muchas veces alguna ficción. Lo mismo de siempre en este gobierno.
Así como lo de la sonrisa, acciones como el cobro por entrar a espacios públicos y la organización de burócratas “voluntarios” duraron poco: Lo primero generaba más pérdidas que ganancias; lo segundo simplemente era insostenible. Habla, sin embargo, de una administración cuyas decisiones (equivocadas o no, pertinentes o no) son llevadas a la práctica como si se tratase de una aplanadora, donde vale más la obediencia que conocimiento o la iniciativa.
Pero aquello fue el inicio. Hace algo así como 19 meses, la Ciudad Deportiva cerró sus puertas para una “cirugía mayor”. O eso dijeron.
A inicios de octubre de 2014, durante la inauguración del Gimnasio de Usos Múltiples, se anunció el inicio de la primera etapa de rehabilitación de la Ciudad Deportiva. Ahí se habló de una primera inversión de 40 millones y su conclusión cinco meses después. También se dijo cambiarían, en esta etapa, el material de la pista que rodea el lago, el adoquín de todo el lugar y un largo etcétera.
Una semana después, ondearon las banderas para anunciar el inicio de los trabajos. Ya para entonces, el tiempo estimado para finalizar la primera etapa había cambiado a nueve meses. Se dijo, además, que para octubre de 2015 comenzaría la segunda etapa donde la prioridad era evitar la muerte masiva de peces.
El cambio de fechas, la realidad avanzando a un paso más lento de lo informado, también es nota característica de esta administración. Lo mismo que el evento de arranque: fotografías del momento muestran al titular del Congreso, al “magistrado-Ficrea” (titular él, entonces, del Poder Judicial), secretarios, subsecretarios, deportistas. Todo un show para ondear banderas de una promesa que no se cumplió. El estilo, pues.
El inicio de la segunda etapa fue hasta enero de 2016. En febrero de este año, la Secretaria dijo: “Yo creo que la semana que entra, voy a tratarlo con el Gobernador, que sin previo evento, hagamos una apertura para que la gente empiece a usar las instalaciones de la remodelación de la primera etapa” (VANGUARDIA, febrero 22, 2016).
O no lo trató con su jefe o la respuesta fue negativa. Tardaron otros seis meses.
Así la crónica de la “cirugía mayor” de la Deportiva. Inversión millonaria que solo benefició a los constructores involucrados.
De seguro, en septiembre para la inauguración, armarán un gran espectáculo: a manera de reacción a la insípida reapertura y las críticas generadas. Así el estilo de este gobierno, reflejado en la remodelación de una obra.
@victorspena
www.victorspena.net