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Citlali

Citlali es una niña mexicana que acaba de cumplir 14 años. Es huichola, su familia es de bajos recursos y vive en Hermosillo, Sonora.

El pasado 2 de mayo estaba con sus hermanos menores en casa cuando un amigo de la familia, abusó sexualmente de ella. Al día siguiente, acompañada de familiares acudió a presentar una denuncia por violación. Los exámenes certificaron violencia física y daño psicológico, por lo que el Ministerio Público imputó al agresor por el delito de violación agravada. Ese día autoridades del Estado no le ofrecieron los tratamientos de emergencia en materia de salud considerados como obligatorios; la pastilla del día siguiente y retrovirales, simplemente la mandaron a su casa... semanas después supo que estaba embarazada. 

Citlali y su familia solicitaron el aborto en una dependencia de salud del Estado, recordemos que en todo el País la interrupción del embarazo está permitida en caso de violación; sin embargo, el juez que recibió el caso reclasificó el delito como estupro –lo que significa que la niña, habría dado su consentimiento– y las autoridades de salud estatales le han negado ahora el acceso al servicio. El secretario de Salud de Sonora, Gilberto Ungson Beltrán, ha señalado que en el Estado no se puede hacer nada por la niña “la ley señala que el aborto se puede realizar sólo por violación y el juez ha reclasificado en estupro”. Nada que agregar por su parte. 

Pero ¿por qué el juez reclasificó el delito de violación en estupro? Su decisión la tomó al basarse en la declaración que el Ministerio Público puso en el expediente y que según familiares de Citlali es contraria a lo que en realidad declaró la niña.

Pero el caso es una agravante sobre otra, cuando la familia apeló la decisión del juez, las autoridades judiciales señalaron que se encontraba de vacaciones y que no podían hacer nada más hasta que regresara. 

Citlali está embarazada, tiene casi 15 semanas y es víctima de una tragedia en todos los niveles, incluyendo, por supuesto, los sistemas de justicia y salud mexicanos. En su estado ya no se puede hacer nada, ha pasado la barrera legal de las 14 semanas para realizar un aborto, su única esperanza es GIRE –Grupo de Información en Reproducción Elegida–, que quiere traerla a la Ciudad de México y cambiar su vida. 

En redes me escribían “¿por qué te subes a este caso, si le sucede a miles de mujeres diario y no hablas de sus historias?”. Cierto que es una tragedia nacional, cierto que como periodista no conozco todas las historias, cierto que un caso puede ser la diferencia, cierto que esta columna quedará como precedente, cierto que hay mucho por hacer, cierto que resolver una tragedia es un logro en este País, cierto que queremos que Citlali decida su futuro.

@jrisco