Cynthia Nixon anunció hace pocas semanas atrás que quería dar el salto a la política y dejar la interpretación, al menos por un tiempo. La noticia tardó poco en hacerse oficial porque la protagonista de “Sexo en Nueva York” ya presentó su candidatura a gobernadora de la ciudad de Nueva York.

La actriz, manifiestamente bisexual tal y como relata en el documental “The Out List” (Lejos del armario), ha vivido toda su vida en la ciudad y ahora quiere dar un paso al frente en la política y relevar al actual gobernador Andrew Cuomo. Aún tiene que ganarle en las primarias, ya que el gobernador desde 2011 quiere ser reelegido y ambos se presentan por el mismo partido, el demócrata.

“Crecí en una habitación en un quinto piso, solas mi madre y yo. He pasado toda mi vida en Nueva York, aquí es donde conocí a mi mujer, donde crío a mis hijos, donde luché durante 17 años por mejores escuelas, mejor atención médica y la igualdad LGTB”, manifestó Nixon.

También opinó que los neoyorquinos están “enfermos de políticos que están más preocupados por los titulares y el poder que por nosotros”.

En 2012, Nixon dejó a todos los fans de la serie impactados al contraer matrimonio con Christine Marinoni, una activista y analista política pelirroja que vestía trajes de moda masculina. Marinoni ya definía en 2014 a su mujer como una “embajadora de causas políticas progresistas”, ahora, juntas se embarcan en este nuevo proyecto que les va a tener ocupadas por un tiempo.

Nixon ya inició la campaña bajo el lema Cynthia for NY: “Quiero a los neoyorquinos y creo en nosotros. Podemos mejorar este estado para todos nuestros hijos (¡y para todos nuestros adultos también!). Podemos hacernos cargo de la corrupción y la disfunción en Albany y solucionar estos problemas nosotros mismos. ¿Me acompañas?”.

La actriz está acostumbrada a ser diplomática en sus relaciones. Hace pocas semanas se vio inmersa en la batalla de reacciones en la que se encuentran inmersas sus ex compañeras de reparto de la serie que le catapultó a la fama, Sarah Jessica Parker y Kim Catrall. Nixon supo salir del embrollo con elegancia y sin llamar demasiado la atención.