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Ciclodía

El 22 de octubre está programada la cuarta edición del Ciclodía, evento destinado a promover el uso de la bicicleta en el espacio urbano de nuestra zona metropolitana. Durante las tres celebraciones previas ha asistido el Alcalde de la ciudad de Saltillo. En la primera ocasión lo hizo Jericó Abramo, cuya administración para esas fechas ya había construido tres ciclovías, dos Biblioparques, ciclocarriles en un tramo del Boulevard Musa, varias cicloestaciones y organizado la Ruta Recreativa y la Calle Cobra Vida.

En las dos últimas conmemoraciones asistió Isidro López, se montó en la bici y se tomó la foto con los ciclistas como escenografía, pero la política de su administración con respecto la movilidad ciclista en particular y sustentable en general ha estado marcada por severos retrocesos. En el lado de los haberes deben reconocerse las obras de remodelación de las calles de Allende y Aldama, en las cuales mejoró significativamente la movilidad peatonal. Del lado de los deberes: la Calle Cobra Vida feneció, la Ruta Recreativa se recortó y el Saltibús, como dicen los charros, se patreaseó.

Y en lo que respecta a la movilidad en bicicleta, a casi tres años de la actual administración municipal, la infraestructura ciclista está abandonada, el Reglamento de Tránsito no se aplica para sancionar a los autos que obstruyen total o parcialmente la ciclovía y la Ley de Movilidad Sustentable (LMS), por cierto, propuesta por la fracción del PAN y aprobada por unanimidad, es letra muerta.

La LMS (Decreto 646), se publicó en el Periódico Oficial del Estado de Coahuila el 26 de diciembre del 2014. En sus disposiciones generales establece: es “de orden público y  observancia  obligatoria  en  el  Estado” y entre sus objetivos define: “Establecer el sistema de ciclovías y el de aparcamiento seguro de bicicletas en todos los municipios del Estado” (Art. 1, inciso III).

El Artículo 3 considera de utilidad pública: “El establecimiento de las vías e infraestructura  para  todas las formas de movilidad  y  tránsito  peatonal, de transporte no motorizado, de transporte público y de transporte motorizado; dispositivos de control de movilidad y tránsito” (Inciso II), así como: “La implementación de obras y planes para privilegiar el uso de la bicicleta en las centros de población de la entidad” (Inciso V).

El Artículo 15 indica que los municipios “elaborarán sus propios programas de movilidad sustentable sobre las bases siguientes: I. Las metas a cumplir para cada año de la administración. II. Las obras y acciones que se implementarán; y los estudios que documenten las necesidades del rubro. III. Las asignaciones presupuestales. IV. Las acciones coordinadas con los gobiernos estatal y federal. V. Los objetivos que corresponden a cada una de las unidades administrativas municipales. VI. Las metas de acuerdo al calendario. VII. Los indicadores, y; VIII. La información necesaria para que la ciudadanía pueda identificar con facilidad las acciones y obras que se implementarán en cada zona, colonia o ejido, así como el plazo en que serán ejecutadas y concluidas”.

Y en el Artículo 26, dedicado a los derechos de los ciclistas, destacan: VI. Circular por infraestructura ciclista que cuenten con las siguientes características: a) Incluyente: que permita la circulación de todo tipo de vehículos de tracción humana a pedal; b) Directa: trazos sindesvíos y libres de obstáculos; c) Segura: diseño adecuado en intersecciones, bien iluminada, superficies sin desniveles, con un sistema de drenaje adecuado; d) Coherente: trazos con una configuración uniforme; e) Cómoda: sección suficiente para satisfacer el nivel de servicio ciclista, superficie de rodamiento uniforme y áreas con vegetación; f) Atractivas: trazos que coincidan con sitios de interés, que preferentemente serán espacios confortables.

Sabemos que lo anterior no se logrará de la noche a la mañana, pero también estamos seguros de que si no se empieza, nunca lo haremos. 

En el reporte de seguridad vial 2015, la Organización Mundial de la Salud observa que con el aumento de la motorización, especialmente en los países de ingreso intermedio, como México, circular a pie, en bicicleta o motocicleta, es cada vez más peligroso. Con 70 por ciento de la población y 53 por ciento de los vehículos de motor matriculados, en estos países se registran casi tres cuartas partes (74 por ciento) de las muertes por accidentes de tránsito. Y cerca de la mitad de estas muertes corresponden a peatones (22 por ciento), motociclistas (23) y ciclistas (4).

Esto no tiene por qué ser así, pues el propio reporte señala que impulsando políticas que promueven los desplazamientos a pie, en bicicleta y en transporte público masivo –medidas para el control de la velocidad– y la creación de infraestructuras que protejan a los ciclistas y peatones de los vehículos motorizados, se pueden lograr la coexistencia de altos niveles de motorización y seguridad vial para los usuarios de los distintos modos de transporte. Estas políticas están siendo impulsadas por 92 países (el 49 por ciento de alto ingreso). Ventajas adicionales: estas políticas son menos costosas que las tradicionales y generan beneficios agregados sobre la salud pública y el medio ambiente.

Para constatar la viabilidad de estas estrategias no tenemos que viajar al extranjero, basta visitar la CDMX. En las colonias del centro, Polanco, Condesa, Roma, Nápoles, Escandón, se pueden apreciar sus resultados. Por eso en la CDMX el número de colisiones en las cuales participan los ciclistas es proporcionalmente inferior a las del estado de Coahuila.

Coahuila dispone ya del marco legal para avanzar en esta dirección, pero el Gobernador y los alcaldes tienen que hacer lo que ofrecieron durante su toma de protesta; cumplir y hacer cumplir la Ley. Las omisiones cuestan vidas.

adavila_mx@yahoo.com.mx