CIA controla mi mente: asesino del aeropuerto en Florida

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CIA controla mi mente: asesino del aeropuerto en Florida

Pánico. Santiago-Ruiz disparó contra la gente del aeropuerto de Fort Lauderdale sin motivo. / Foto: Especial
Arma pistola en el baño al bajar de avión y dispara a la cabeza de sus víctimas sin decir palabra alguna; se entrega sin violencia

WASHINGTON, EU.- Cinco muertos y ocho heridos es el balance del tiroteo que se vivió ayer en la zona de recogida de equipajes de la terminal 2 del aeropuerto de Fort Lauderdale, Florida. El sospechoso fue identificado como Esteban Santiago-Ruiz, un ex militar  nacido en Nueva Jersey pero de ascendencia puertorriqueña.

Santiago acababa de aterrizar en el aeropuerto procedente de Alaska, donde residía, y disparó de forma indiscriminada a la cabeza de las personas con un arma —se habla de una pistola— que había facturado y que trasladó en su maleta, en el equipaje declarado. Al llegar a su destino, habría ido al baño a montarla y cargarla. Cuando se le terminó la munición, se tiró al suelo y fue detenido.

Los motivos son desconocidos por el momento. Según fuentes de CBS News, Santiago había discutido en la primera parte de su viaje, de Alaska a Minneapolis, donde hizo escala antes del vuelo hasta Florida. Testigos de los hechos aseguraron que el atacante, quien llevaba una playera de “Star Wars”, no dijo ni una palabra cuando disparaba.

Los testigos describieron la situación como “surrealista” y “caótica”
Scott Israel, alguacil de Broward, donde se ubica el aeropuerto, confirmó las cifras de cinco muertos y ocho heridos de gravedad desconocida y que el asaltante actuó solo.

El aeropuerto quedó inoperativo. Se alertó de otro posible tiroteo, pero resultó ser una falsa alarma.

¿TERRORISTA?

Las autoridades investigan si Esteban era “simpatizante” de grupos extremistas, a los que pudo haber seguido a través de redes sociales, aunque por el momento no hay evidencias de ello. Tampoco tiene un récord criminal, al menos en los condados de Miami, Broward o Palm Beach. 

Familiares del sospechoso revelaron que sufría algún tipo de trastorno mental e iba a consultas. Una fuente aseguró a AP que Santiago, hace un par de meses, dijo al FBI que el gobierno controlaba su mente y le estaba forzando a ver videos de los yihadistas del Estado Islámico.

Al mando de la investigación se puso el FBI, que interrogó a Santiago. “Podría ser alguien trastornado mentalmente, o de hecho podría ser alguien con un motivo más siniestro”, dijo el senador por Florida Bill Nelson.

ESTELA DE MUERTE

El tiroteo sucede menos de siete meses después de la matanza en el local nocturno Pulse de Orlando, la peor de la historia de Estados Unidos. 

Si se confirma la información, el tiroteo pone de relieve algunos de los problemas más graves que tiene EU, como la reinserción de los militares tras las experiencias traumáticas en el campo de batalla —especialmente aquellos con problemas de salud mental—, el fácil acceso a las armas y pone otra vez en entredicho el tema de la seguridad en los aeropuertos. 

Según la normativa aeroportuaria estadounidense, es legal transportar un arma siempre que esté desmontada y descargada en el equipaje facturado y bajo previo aviso a la compañía.

AFECTADO POR LA GUERRA

Esteban Santiago-Ruiz nació en Nueva Jersey, pero creció en Puerto Rico, de donde son sus padres.

Su hermano Bryan lo describió como una persona “normal, religiosa, buena”. Al parecer, el carácter de Esteban cambió cuando, tras formar parte de la Guardia Nacional de Puerto Rico, fue desplegado en 2010 en Irak por casi un año. 

Una tía, María Ruiz, afirmó que él perdió “la cabeza”, que volvió de Irak actuando de forma extraña e incluso fue hospitalizado por problemas mentales, aunque pareció mejorar cuando nació su hijo, hace un año.

La hospitalización, en noviembre, fue tras decir que su mente era controlada por la CIA y que era obligado a combatir para el Estado Islámico, entre otras cosas. Entre 2011 y 2012 fue investigado en un caso de pornografía infantil, según CBS, pero no hubo cargos. 

Con información de AP/El País/Excélsior