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Chris Froome el enemigo a vencer
LES HERBIERS.- Chris Froome ya enfrentó la hostilidad anteriormente en el Tour de France y así y todo logró ganar.
En la etapa 14 en 2015, cuando iba de camino a su segunda victoria en el Tour, alguien lanzó un frasco con orina a la cara del ciclista británico y le gritó “drogadicto”. Un Froome enojado acusó a una minoría de seguidores de “arruinar la carrera”.
Pero muchos seguidores creen que son las persistentes acusaciones de doping las que están haciendo eso.
La decisión tomada el lunes por la Unión Ciclista Internacional (UCI) de exonerar al cuatro veces ganador del Tour de una infracción de doping por consejo de la Agencia Mundial Antidoping justo a tiempo para el Tour, que comienza hoy en Noirmoutier, frente al Océano Atlántico, fue recibida con incredulidad generalizada.
La infracción se remontaba a una cantidad excesiva de salbutamol, una droga que se utiliza contra el asma, detectada en un control en la Vuelta a España el año pasado.
El farmacólogo australiano Robin Parisotto, que ayudó a desarrollar el programa del Pasaporte Biológico de la Fundación Antidoping de Ciclismo, dijo a “Ciclingnews” que “es difícil de entender cómo un nivel de salbutamol tan elevado pueda considerarse un AAF (resultado analítico adverso)”.
Pero el presidente de la UCI, David Lappartient, defendió su decisión y pidió que se lo trate con justicia.
“Todos critican a la UCI hoy, pero si recibes una carta de la AMA el 28 de junio que dice que las pruebas del señor Froome no muestran una violación de las reglamentaciones antidoping, no veo cómo puedo sancionar a Chris Froome a la luz de eso”, dijo Lappartient al diario “Le Figaro”.
“Entiendo la reacción de la gente pero querían la cabeza de Froome en una estaca, fuera culpable o no”, añadió.
Quizá la imagen de una multitud enfadada es disparatada, pero el equipo Sky está lo suficientemente preocupado como para contar con guardaespaldas. Parecido fue el caso de Lance Armstrong, un hombre que durante mucho tiempo proclamó su inocencia y luego fue hallado culpable de haberse dopado durante años.
El miércoles, Froome hizo su primera aparición pública en Francia. Sin guardaespaldas. Y pidió a los seguidores que lo traten de manera justa.
“Si no les gusta Chris Froome, deben ponerse el maillot de un equipo al que apoyen y no llevar nada negativo a la carrera”, dijo el capitán del Sky.
Pero Froome no debería tener muchas esperanzas de que eso suceda. En su extraordinaria actuación en mayo cuando se alzó con la etapa 19 del Giro d’Italia lo persiguieron dos personas vestidas de médico, una de ellas llevando un inhalador gigante.
Los rivales de Froome eligen cuidadosamente sus palabras cuando se les pregunta por el tema y prefieren centrarse en el controvertido manejo del caso que hicieron la UCI y la AMA, que se tomó nueve meses para tomar la decisión.
“Yo no hago ninguna acusación. Él está exonerado”, dijo el capitán de Sunweb Tom Dumoulin. “Pero la manera caótica en que esto fue manejado es algo que el ciclismo no necesita”.
Dumoulin es uno de las mayores amenazas a la apuesta de Froome por lograr un quinto Tour de France y su cuarta victoria consecutiva. En la nómina de retadores están también Vincenzo Nibali, Nairo Quintana, Richie Porte o Romain Bardet, que aspira a convertirse en el primer francés que sube a lo más alto del podio en los Campos Elíseos desde Bernard Hinault en 1985.
Pero el británico deberá sobreponerse al circo que lo acompañará. Ya sea —como dijo Lappartient— culpable o no.