Choacahui

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Choacahui

Ilustración: Esmirna Barrera
En medio de una sequedad visible en Choacahui existe una vida profunda acompañada de tradiciones y costumbres yoremes

Choacahui es una comunidad ejidal en el municipio de Ahome, en el norte de Sinaloa, su nombre significa “cerro de la choya”.
Es un lugar desde el que se puede admirar el perfil de las lomas y montañas cercanas que se distinguen por sus crestas de filigrana como si hubieran sido dibujadas por un artista sideral. En medio de una sequedad visible en Choacahui existe una vida profunda acompañada de tradiciones y costumbres yoremes.

Como en todos los ejidos de México, se ha presentado la corrupción de sus autoridades ejidales, pero también la corrupción de sus gobernadores tradicionales; por ello cuando conocí a Felipe de Jesús Montaño Valenzuela, que es uno de los diez gobernadores yoremes quien se ha atrevido a brindar declaraciones para defender el patrimonio de los suyos, sentí mucho orgullo de saber que hay líderes indígenas mexicanos que no han sido tocados por la ambición y que han evitado vender las causas de su gente.

En una reunión desarrollada en el patio frontal de la casa de la familia Gastélum y en torno a una mesa provista de exquisitos platillos locales la maestra Alma Leticia Gastélum, se convocó a Felipe Montaño, al respetable maestro Nicolás Gómez, cronista y escritor yoreme, a Silvia Valenzuela, presidenta del Comisariado Ejidal; al maestro Ernesto Gatica, cronista de Ahome, y al maestro Ángel Villalba, cronista de Choix, ambos municipios de Sinaloa.

El propósito de la reunión era clarificar los alcances y objetivos del Centro Holístico Yoreme. Se requiere de un terreno para establecerlo. Así que fue una convivencia gastronómica en un ambiente de armonía en el que hubo muchas preguntas y respuestas.

En ese contexto me enteré que la empresa de capital alemán “Gas y Petroquímica de Occidente Proman” invitó a los yoremes a visitar Bonn con el propósito de un acercamiento, y que allí no les habían permitido cortar ramas de árboles para hacer su enramada tradicional y desarrollar sus actividades, sin embargo, esta empresa luego devastaría 28 hectáreas de manglar en la bahía de Ohuira, a un costado de la carretera Mochis-Topolobampo en el municipio de Ahome, sin haber consultado a la comunidad indígena. Esto fue posible gracias a un acto de corrupción entre quienes gobernaban a los yoremes, autoridades municipales, estatales y federales. 

Entre lo que doña María Gila Buitimea Anguamea ofreció a quienes estábamos en su espacio, había elotes cocidos recién cultivados, unas gordas de maíz con queso, tamales de elote y unos inigualables frijoles en caldo con verduras. Aún recuerdo los sabores de la magnífica comida y del agua fresca que sabía a gloria pues seguramente era de pozo.

Su hija, Alma Leticia, me dijo: “A ella le gustan las flores porque en cada amanecer alegran su vida y lo primero que hace en la mañana es agradecer porque están floridas. Las plantas que tiene son coronas de Cristo, petunias, pensamientos, rosa del desierto, Kalanchoe, hielitos, toloache de jardín, mastuerzos, kabuchis (cola de pericos), jazmín y begonias.

Al final de la reunión, la comisariada ejidal nos acompañó a un predio a la orilla de la carretera que se dará en comodato a la fundación Mundo Sustentable A.C. para construir un Centro Holístico que será una interfase entre la Nación Yoreme, la fundación y el Instituto Politécnico Nacional para promover la conservación y fortalecimiento del patrimonio integral de este pueblo indígena.

En esos 2 mil 400 metros cuadrados, que deberán emparejarse, se construirá una enramada tradicional para que los maestros de danza y música puedan enseñar sus conocimientos. ¡Veremos y diremos!


Carlos Gómez
MUNDO SUSTENTABLE