Chiapa de Corzo

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Chiapa de Corzo

ESMIRNA BARRERA
Observé, con preocupación, muy contaminado y maloliente al río Chiquito que pasa por las entrañas del pueblo

Cuando llegas a este pueblo antiguo te impregnas del olor de las flores de flamboyanes, entras a un lugar mítico fundado en 1528, apenas unos años después de la caída de Tenochtitlán. Originalmente en ese sitio coronado por sierras, en donde por su río Grande se transita hacia el Cañón del Sumidero, vivían los chiapa compartiendo el territorio del actual estado de Chiapas con mayas y zoques. Sobre este último pueblo indígena tiene estudios relevantes el maestro Marco Antonio Orozco Zuarth, integrante del Consejo de la Crónica de la Ciudad de Tuxtla Gutiérrez.

Chiapa de Corzo lleva parte de su nombre en honor al liberal Albino Corzo, notable ideólogo que en la época de la Reforma inspirara procesos colectivos como la batalla del 21 de octubre de 1863 en la que la bravura de los indígenas chiapa venció al ejército imperialista que estaba armado y era superior en número.

Genética es destino y muchos de los pobladores de la actualidad tienen la cimiente Chiapa, lo que hace que sean altamente aguerridos en temas de política y generación de antagonismos intercomunitarios. Además, padecen de un mal manejo de los residuos sólidos urbanos, como ocurre en la mayor parte de los Pueblos Mágicos.

Observé, con preocupación, muy contaminado y maloliente al río Chiquito que pasa por las entrañas del pueblo. También a simple vista se puede ver como en el río Grande se desplazan desperdicios desde aguas arriba en donde existen porquerizas.

Al no aplicarse la legislación medio ambiental se propician este tipo de prácticas que afectan la calidad de vida de los habitantes de la región. Desde en Chiapa de Corzo se han tenido problemas con el agua potable, por ello la presencia de la hermosa construcción de arquitectura morisca de 1562, conocida como “Fuente La Pila” creada para la distribución del agua potable.

Pero más temprano que tarde llega la agobiante realidad a lugares como este que, por la heroicidad de sus habitantes en combate, recibió la denominación de ciudad en 1851, pero –sin denostación– le llamo pueblo porque esencialmente mantiene una identidad propia y francamente única.

Tuve el privilegio de ofrecer un taller al alcalde electo para los que formarán su cuerpo de colaboradores principales, los miembros del Cabildo y para los integrantes del Comité Ciudadano de Pueblo Mágico.

Con el impulso de la cafetalera Vicky Sánchez se organizó en un lugar adecuado el taller al que me invitó el contador público Leonardo Cuesta, quien había fungido en el trienio pasado como tesorero y ahora será presidente municipal.

Un magnífico grupo de mujeres y hombres jóvenes, maduros y adultos mayores se congregó para participar con sus conocimientos e ideas con el propósito de crear proyectos. Dos de las regidoras electas tienen menos de 23 años. De hecho, el alcalde electo tendrá apenas treinta años, mientras que los directores de cultura y turismo son personas de más de sesenta años. Esta mezcla afortunada permitirá consolidar un equipo cuyos integrantes se compensarán aportando sus principales atributos.

La polarización social es uno de los problemas existentes en Chiapa de Corzo apuntalada por la falta de empleos. Luego la migración de personas centroamericanas también representa un componente en el contexto del bienestar humano regional que tiene rezagos, pero que puede revertirse con gobiernos locales eficientes.

El hermoso pueblo mágico de Chiapa de Corzo podría ser poderoso si sus habitantes y gobierno pusieran el acento en el fortalecimiento y conservación de su patrimonio.