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Chelsea Manning, ¿traidora o activista?
Chelsea Manning siempre se consideró a sí misma una firme defensora de la transparencia. En 2007, cuando aún se llamaba Bradley, se unió al Ejército de Estados Unidos y a fines de 2009 fue asignada a una unidad del Ejército en Irak como analista de inteligencia. El trabajo le brindó acceso a documentos clasificados.
Manning se sintió conmocionada por lo que percibía como la falta de humanidad de las acciones militares estadounidenses. Eso la llevó a tomar la decisión de robar cientos de miles de documentos secretos del Gobierno de Estados Unidos y entregarlos a la web de filtraciones WikiLeaks.
Fue arrestada en mayo de 2010. Una corte marcial la encontró culpable de 19 de 21 cargos, pero la exoneró del más grave, colaboración con el enemigo. En agosto de 2013, Manning fue sentenciada a 35 años de prisión.
Cumplió su sentencia en una prisión militar en Fort Leavenworth, en el estado norteamericano de Kansas. Poco después de ser arrestada, Manning, de ahora 29 años, anunció su intención de cambiar de género y vivir como mujer. Nuevamente se vio enfrentada a los militares, esta vez por un deseo íntimo y personal.
En septiembre del año pasado, tras llegar a un acuerdo para someterse a una cirugía de cambio de sexo, Manning puso fin a una huelga de hambre de algunos días que había comenzado por considerar que se le negaba el tratamiento para su disforia de género. Aseguró que sólo le pedía al Ejército que la dejara ser ella misma.
Desde la filtración de los documentos, Manning se ha convertido en un símbolo para los defensores de la libre circulación de la información. Por su parte, ella ha dicho que no se considera una pacifista ni una objetora de conciencia.
En una carta al diario británico "The Guardian" en 2013, señaló que nunca se sintió una persona contraria a la guerra y que se había unido a las fuerzas militares para defender a su país. En la misiva, se describió a sí misma como una humanista motivada no sólo por su fe en la transparencia, sino también por su profunda preocupación por el valor de la vida humana.
En una declaración tras recibir el premio de la paz Sean McBride en 2013, afirmó: "La opinión pública no puede decidir qué acciones y políticas están o no están justificadas si ni siquiera conoce los detalles más rudimentarios sobre ellas y sus efectos”.
Los documentos entregados por Manning a Wikileaks incluían cientos de miles de cables diplomáticos de Estados Unidos, archivos sobre detenidos en Guantánamo, y reportes sobre incidentes militares en Irak y Afganistán. Se trató de la mayor filtración de secretos gubernamentales en la historia de Estados Unidos.
Durante el juicio, la acusación retrató a Manning como una traidora cuyas acciones pusieron en riesgo vidas de militares estadounidenses y personas que trabajan junto al Ejército. La defensa, en tanto, la describió como una persona bien intencionada que buscaba revelar la verdadera cara de la guerra.
Su abogado David Coombs aseguró que Manning era "joven, ingenua y bien intencionada". Coombs dijo que sólo tenía 22 años en ese momento y que no pretendía ayudar al enemigo, sino informar a los estadounidenses de lo que estaban haciendo sus fuerzas militares en Irak.