ESTIMADA ANA:
Amiga, te leo todos los días y me hace sentirte parte de mi familia aún sin conocerte, esa es la razón por la que una mujer tan ermitaña como yo acude a una alma tan noble como tú en busca si no de consejo (en esta ocasión) sí de tu valiosa ayuda y opinión.

 Hace dos años publicaste mi situación, fue la de un hombre que siendo casado fuimos pareja durante mas de seis años,  en ese tiempo me quitó toda relación, llámese amigas y no se diga compañeros de trabajo. Sus celos eran fuera de lo común y una constante en nuestras vidas al grado que para que viviera tranquilo en su casa con su mujer dejé todo y quiero decirte todo y empecé a vivir en soledad.

 Pero para mi dolor, cuando quedó viudo se convirtió en otra persona, una deseosa de vivir lo que no vivió de casado, bohemiadas, amigas de todo tipo: divorciadas, solteronas , inclusive casadas y cualquier  mujer que puedas imaginar empezaron a ser parte de su vida diaria. Todas aquellas que  vieron en él un prospecto para asegurar su futuro económico porque es una persona de recursos. 

 Yo le dí mi vida antes de su viudez sin esperar nada a cambio,  sólo el amor tan grande que me demostraba, una seguridad y amor que jamás había experimentado.  Cuando habló de divorciarse yo lo detuve a pesar de mis sentimientos.  Tengo unos hijos que son mi vida y jamás metería a un hombre que no fuera su padre a nuestras vidas, ninguno de ellos vive conmigo pero son mi razón de vivir. Esto te lo comento como antecedente y con el deseo de que comprendas porque te voy a pedir un favor muy grande.

 Pasó hace dos años y ya lo superé, pero quisiera en justicia decir lo que omití en esa carta porque el dolor de sentirme traicionada no me lo permitió: Que hasta la fecha nunca me he arrepentido de haber sido su pareja porque es un hombre maravilloso que me enseñó lo que era sentirse amada y valorada. Te podría mencionar tantas cosas tan maravillosas que tiene pero no habría espacio suficiente, por favor quiero ser justa, ayúdame.

 Hablé de su traición, ahora le debo a él hablar de lo maravilloso que fue conmigo como pareja, amigo, compañero y amante durante todo ese tiempo. No sé si lo lea o se entere pero quiero estar en paz con mi conciencia, no quise hacerle daño, fue el dolor de la traición lo que me hizo publicar esa parte de nuestras vidas en la que me hizo sufrir, jamás mentí como no miento ahora.  De corazón me despedí de él hace mucho tiempo pero por alguna razón siento que le debo este reconocimiento que se entere lo importante que fue en mi vida , hace tiempo estoy en paz, me haría feliz saber que él también lo está. Sé que eres una persona comprensiva pero además muy justa, espero que publiques mi reconocimiento a un hombre que a pesar de sus defectos, todos los tenemos, fue y quiero pensar que sigue siendo una gran persona.

Te agradecería en el alma si encuentras un espacio en tu prestigiosa columna para mi carta, me ayudarías a cerrar el círculo de una relación fallida. 

Queta
 
ESTIMADA QUETA:
Antes que nada agradezco la confianza depositada en este espacio y me da gusto poder poner aunque sea un granito de arena para que te sientas mejor en este proceso que ahora estas viviendo. Y es que, de acuerdo a lo que me comentas, es realmente difícil asimilar algo de esta magnitud. Es complicado poder comprender que cuando entregas todo sin esperar nada a cambio, la otra persona no valora y prefiere irse,  a pesar de tantos momentos que juntos pasaron.

Pero el mundo no se detiene allí Queta, eres una mujer valiosa, poderosa y con mucha fuerza para superar este tipo de pruebas. Que queden en ti los buenos y bonitos momentos a su lado, que solo quede ese recuerdo, ahora solo queda levantar la mirada y seguir adelante, te lo mereces, ya la vida se encargará de poner a cada quien en su lugar y acomodar las piezas del rompecabezas siempre a tu favor. 
 
ANA