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Cerebro humano es incompatible con coches autónomos
El desarrollo de los coches autónomos, dicen expertos, está basada en una premisa infundada: que los seres humanos dentro de ellos estarán dispuestos a tomar el volante y asumir el control de la máquina en caso de peligro. En realidad, con base en otros avances en el área de la automatización, como en la aviación y en el transporte ferroviario, se ha demostrado que esa forma de pensar llevará a más muertes como la ocurrida en Florida en mayo.
Las investigaciones demuestran que es difícil para el cerebro humano mantener la concentración cuando tiene que realizar tareas aburridas, como la de vigilar un sistema que rara vez falla o que casi nunca les exige tomar el control.
El cerebro humano necesita un estímulo constante. Si no lo consigue, buscará otros temas hasta que encuentre algo interesante en qué pensar. Mientras más perfecto sea el sistema, más probable será que la atención de la persona se disipará.
Las fábricas automotrices están en el proceso de crear sistemas automatizados que de hecho conducen automóviles aunque en algunas circunstancias requieren la intervención del conductor humano en caso de que el vehículo se tope con una situación imprevista por sus creadores.
El programa Autopilot de Tesla, por ejemplo, hace que el vehículo se mantenga en su carril, que aumente o disminuya la velocidad según el tránsito a su alrededor o según lo indique el conductor. Puede cambiar de carril por su cuenta, frenar por su cuenta, buscar un lugar para aparcar e incluso estacionarse.
Joshua Brown, de 40 años y propietario de una empresa de tecnología de Canton, Ohio y entusiasta del nuevo invento, falleció cuando ni él si su vehículo autónomo, un Tesla sedán Model S, con el programa Autopilot, lograron frenar a tiempo cuando un camión con remolque doblaba a la izquierda en una carretera cerca de Gainsville, según investigadores federales y la misma empresa.
Tesla ha advertido a los conductores que deben mantener las manos sobre el volante, aun cuando Autopilot está funcionando, o de lo contrario el vehículo se frenará. Un programa similar que está siendo desarrollado por Audi monitorea los movimientos de cabeza y ojos del conductor y automáticamente reduce la velocidad si el conductor parece perder la atención.
Sin embargo, el hecho de que Brown no logró frenar indica que nunca vio el camión o que lo vio muy tarde, indicio de que estaba dependiendo del sistema automatizado y de que estaba pensando en otra cosa, opinó Missy Cummings, directora del Laboratorio de Tecnologías Autónomas de la Universidad de Duke.