Sin titulares y con un irreconocible accionar, el FC Barcelona se plantó en Balaídos ante un Celta de Vigo desesperado por el triunfo para pelear la permanencia en La Liga que terminó venciendo a los blaugranas 2-0.

Fueron 23 duelos en los que los culés no habían caído tras haber tropezado en la Jornada 12 en la derrota ante el Betis, pero Ernesto Valverde, conocedor de que se juegan un importante resultado en la Champions League, decidió no colocar a ningún elemento que vio acción ante el Liverpool.

Néstor Araujo había hecho la primera anotación del partido en la segunda mitad, pero el VAR decidió anular la acción después de encontrar un fuera de lugar tras un remate en la cabaña de Jasper Cillesen.

Poco después, apareció Maxi Gómez marcando la primera diana con un fabuloso remate de delantero centro, al anticiparse al marcaje de Vidal para estirarse y culminar otro centro de Boudebouz.

Ese gol tranquilizó al Celta, que se adaptó mejor a un partido de escasa cadencia. Nada creó en ataque el equipo de Valverde. El equipo vigués, cerca del final, sentencio con un penalti que el VAR le indicó al árbitro por mano de Samuel Umtiti, un falta que selló con gol Iago Aspas para colocar al Celta muy cerca de la permanencia en la categoría.