Hijo de padre periodista y político, la vida de Díaz Mirón fue envuelta completamente en el ejercicio del periodismo, para luego completar sus estudios en los Estados Unidos de América donde aprendió a hablar inglés, francés al igual que latín y griego.

Modernista

Durante la dictadura de Porfirio Díaz, la poesía mexicana vivió un esplendor mínimo en donde Mirón junto a Amado Nervo, Manuel Gutiérrez Nájera y otros escritores consolidaron el movimiento modernista literario.

La poesía modernista se caracterizó por el pensamiento liberal, y que tomaban inspiración de los clásicos griegos al igual que los sonetos. Salvador Díaz Mirón fue unos de los primeros que utilizó un repertorio lírico para detener por cincuenta años el acercamiento de los lectores y su comprensión hacia la poesía nueva.

Política y tragedias

El literato buscó eventualmente su vida dentro de la política, para perseguir una diputación con sede en Orizaba. Su personalidad irascible y agresiva lo llevaba a cometer contantes duelos con distintas personalidades, la cual eventualmente le inutilizó el brazo izquierdo.

Durante sus primeras etapas romancistas escribió sus obras más conocidas como “Oda a Víctor Hugo”, “A Gloria”, “Voces Interiores”, “Ojos Verdes” y “Redemptio”.

Luego sería encarcelado en 1910 por intentar asesinar a un diputado por haberlo intentado hacer callar. En su celda llegaría escribir algunos poemas, hasta conseguir su libertad tras el triunfo de la Revolución.

Final

El poeta llegó a ser director del periódico “El Imparcial”, primer diario moderno del país. Debido a su enemistad con Francisco I. Madero, apoyó al gobierno de Victoriano Huerta y el golpe de estado que lo llevó al poder organizado desde la embajada estadounidense.

Fue deportado a Cuba, donde ejerció el magisterio y fue maestro del escritor Alejo Carpentier.

Mirón falleció el 12 de junio de 1928 en el puerto de Veracruz tras haber luchado con un alumno que lo retó a pelear.

Que descanse en paz el maestro modernista.