Cava, tu bodega particular

Usted está aquí

Cava, tu bodega particular

Foto: Especial
Tú puedes tener tu propia cava en casa. ¿No te gustaría una bodega particular diseñada a tu gusto en un rincón de la casa donde puedas disfrutar de esos vinos especiales que guardas con tanto cariño para las ocasiones especiales?

Se conoce como cava o bodega a la habitación empleada para el almacenamiento de vino en botellas: tranquilos o naturales, como los vinos blancos, rosados y tintos; espumosos, como el champagne; aromáticos, 
como el Vermuth; generosos o fortificados, como el Madeira, el Oporto y el Jerez. 

EL TAMAÑO
Dependerá en gran medida de la cantidad de botellas que desees almacenar. 

Si eres de los caballeros que gustan de los buenos vinos, es el momento de crear tu propia cava pues recuerda que el vino es un producto perecedero natural, el cual si lo dejas expuesto al calor, la luz, las vibraciones o fluctuaciones en la temperatura y la humedad, puede echarse a perder.

Lo que sí puedes tener seguro es que si almacenas tus botellas adecuadamente, no solo el vino mantiene su calidad, sino que aquéllos que disponen algún tipo de crianza, pueden mejorar en aroma, sabor y complejidad a 
medida que maduran.

ESPACIO
Para tener tu propia cava no necesitas mucho espacio, solo se trata de elegir un diseño donde puedas lucir y disfrutar de tus mejores vinos en un rincón de la casa. Se trata de modelos sencillos de lineas rectas muy al estilo del mobiliario minimalista, ideados para que se integren a cualquier tipo de decoración y que no rompan el equilibrio decorativo de la estancia. 

Hoy día hay infinidad de cavas en el mercado de todos los tamaños deseados, o empresas que se dedican exclusivamente a este tipo de trabajos y te las hacen a medida para el espacio que decidas dedicar a este fin en casa.

CONDICIONES
Nunca hay que perder de vista que, sea cual sea la calidad de un vino, su evolución en la cava dependerá en gran parte de las correctas características del local. En este sentido todo debe encaminarse para que el ambiente que rodee las botellas sea lo más constante y lo menos agresivo posible. 

Tu cava debe tener suficientes anaqueles para ordenar los vinos en función de las características de éstos.
La cava debe ser un recinto sólido, de muros aislantes, preferiblemente de obra, a ser posible con cimientos propios directamente excavados en el suelo. 

El suelo debe facilitar la transpiración y absorber las vibraciones, para lo que resultan convenientes la tierra batida, la arena y la grava. Evita suelos de cemento y paredes de materiales cerámicos y aislantes. Es preferible que se encuentre en un lugar poco frecuentado, y que sus paredes no den al exterior. Si tiene muros exteriores, su orientación deberá evitar al máximo la insolación, es decir, las superficies y aberturas en dirección sur.

Tus botellas deben almacenarse de forma satisfactoria entre los 12 y los 15°C y según los expertos la temperatura óptima para la crianza de vinos es de 13°C.

Debes mantener la humedad relativa en el interior de la cava, alrededor de 70-75%. Un ambiente excesivamente seco promueve la evaporación y reseca los corchos propiciando la fuga de vino. Los excesos de humedad dañan la estética de las botellas, ya que se despegan y se destruyen las etiquetas y se favorece la proliferación de hongos.

VENTILACIÓN
Es conveniente una moderada aireación, evitando las corrientes y los intercambios bruscos, así como la entrada de humos y malos olores.

Evita los focos (naturales o artificiales) de luz intensa y de gran potencia. Las radiaciones afectan la evolución del vino. 

Son ideales los focos de luz dispersa, de poca potencia y de intensidad fría. Sin embargo, y dada la amplia gama que ofrecen actualmente las técnicas de iluminación, una cava correctamente iluminada ya no es sinónimo de bodega en penumbra.

Las superficies donde reposen las botellas deben estar dispuestas de manera que no sea necesario mover las botellas para poder identificarlas.