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Cat Power vence a sus demonios en su nuevo álbum “Wanderer"
Hay una canción en "Wanderer", el décimo álbum con el que Charlyn Marie "Chan" Marshall, más conocida como Cat Power, pone fin el viernes a seis años de silencio discográfico, que justifica la fama de la artista como una de las mejores cantantes de soul blancas del mundo.
La estadounidense de 46 años nacida en Atlanta canta la combativa "Woman" con una impresionante energía de soul-country y con una colaboración de lujo: la de la superestrella del pop Lana del Rey.
Pero "Woman" es un single casi excepcional en un álbum fuertemente marcado por la oscura música de Cat Power y que poco tiene que ver con el clásico soul de los estados sureños americanos.
Algo que podrían lamentar quienes consideren "The Greatest" (2006) como el mejor álbum de la artista, grabado en Memphis con renombrados exponentes de la música negra.
"Wanderer" (que significa vagabundos o nómadas) contiene en su mayor parte baladas frágiles y reducidas con mucho piano y guitarra acústica. Todo un cambio de rumbo tras el folk-indie, el soul y electropop de sus últimos trabajos.
De una entrevista con la revista musical "Rolling Stone" se desprende que este álbum es algo más que una simple recopilación de 11 canciones en casi 40 minutos.
El disco parece contener la lucha de Marshall contra sus demonios: separaciones complicadas, una difícil relación con sus padres, la pérdida de amigos, abuso de drogas y depresiones.
En realidad, Cat Power era vista en la primera década del siglo como una artista de la que no se sabía si iba a terminar o no un concierto.
Ahora las piezas de la cantante y compositora suenan tranquilas y tristes, pero definitivamente mucho más convincentes que el forzado aunque exitosos electropop del trabajo anterior "Sun" (2012).
La lucha contra sus fantasmas parece también una buena receta de mejora en su vida: la cubierta del álbum muestra la rubia cabellera de su hijo, una señal de la alegría por la maternidad de Cat Power.