Coahuila, a nivel nacional, se ha convertido en un referente en materia de legislaciones que buscan erradicar prácticas de violencia en contra de las mujeres antes, durante y después del parto. La iniciativa propuesta la semana pasada por el gobernador Miguel Ángel Riquelme contempla modificar el código penal y tipificar como delito la violencia obstétrica y castigarlo con hasta 6 años de prisión.  

Además, la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia también prevé en el artículo 6, que la atención médica debe basarse en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, proporcionando condiciones de comodidad y privacidad durante el parto, con lo mejor de la atención desmedicalizada, y garantizando la coordinación y los acuerdos interinstitucionales para identificar, atender y resolver de manera oportuna y segura las complicaciones y emergencias obstétricas.

Aunque en Coahuila no existen datos que midan la violencia obstétrica, la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) 2016 revela que en México durante los últimos 5 años el 33.4 por ciento de las mujeres sufrieron algún tipo de maltrato por parte del personal de salud que la atendió en su último parto.

MALTRATO
Los resultados de dicha encuesta aplicada a nivel nacional revelan que el 11.2 por ciento de las mujeres reconoció que el personal de salud le gritó o la regañó mientras estaba en el proceso de parto. También, el 10.3 por ciento sostuvo que tardaron mucho tiempo en atenderla; el 9.9 por ciento reconoció que era ignorada cuando preguntaba cosas sobre el estado de salud de su bebé. 

Además, el 9.2 por ciento de las mujeres dijo haberse sentido presionada para que le pusieran un dispositivo anticonceptivo (DIU) o para que la operaran para ya no tener más hijos. Este mismo porcentaje de mujeres también fue obligada a permanecer en una posición molesta o incómoda. 

Cabe señalar que de 2010 a 2015 nacieron en México 12 millones 947 mil bebés de los cuáles 5 millones 900 mil fueron por cesárea, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud federal. Los especialistas atribuyen este elevado número de partos inducidos a la falta de información sobre los partos naturales, así como el interés que tienen los hospitales privados para tener mayores ganancias.