Con la exposición bajo el título “Vernissage”, este jueves abrió sus puertas Casa Calviá, ubicada en la calle Colón número 671, en el centro de Saltillo.

A la entrada recibía a los visitantes un cuadro de Bárbara Hesse, colorido y mostrando su versión de El Morillo, cuando ella llegó a vivir nuestra ciudad.

Con  la idea de que Adriana Cerecero continúe contribuyendo a la labor artística y consolidándola en Coahuila, Rebecca Rico Hesse le donó el dinero para que adquiera la propiedad en donde ahora está Casa Calviá.

“Mi mamá  y el papá de Adriana, son pintores, de aquí de Saltillo. Mi mamá era Bárbara Hesse y se nos quedó inculcado el interés por el arte”, relata Rebecca Rico Hesse, mecenas del sitio que en adelante se dedicará a fomentar la vocación artística in situ.

Rebecca emigró a Estados Unidos para estudiar y trabajar como científica. Para este medio, contó que su padre falleció hace dos años y las propiedades que les heredó a ella y a sus hermanos las empezaron a vender.

“Entonces tenemos propiedades aquí, que como ya estamos mayores y como murió nuestro padre hace dos años, las estamos vendiendo y estamos haciendo donaciones para gestionar el arte en Saltillo”.

De esta manera, Casa Calviá es un proyecto que se gesta desde hace tiempo y hoy es un a realidad en el centro de la ciudad. Y no sólo será cuna de artistas sino que también los acoge.

“Varnisagge” se conformó por obras de importantes artistas del país y de la región para darle al lugar la importancia que corresponde. Así, los visitantes que tuvieron oportunidad de estar durante esta ceremonia inaugural, pudieron apreciar cuadros de Rufino Tamayo, de Salvador Tarazón, de Diego Rivera, Saturnino Herrán y desde luego, Eloy Cerecero, quien estaba presente.

Y para la apertura estuvieron invitados amigos y familiares. Del tradicional corte de listón, estuvieron a cargo Eloy Cerecero, Adriana Cerecero, Rebecca Rico y Rodolfo Farías.

Un trabajo que empezó tiempo atrás

La labor de Casa Calviá inició antes, estuvieron hace dos meses en nuestra ciudad dos artistas, uno de España y otra de Francia. “Estuvieron haciendo trabajo con la Escuela de Sarape, ellos estuvieron aquí trabajando”, explica Adriana Cerecero y recuerda que aunque la residencia no estaba terminada de arreglar, ellos no podían en otra fecha así que estrenaron el sitio aún cuando lo estaban adecuando.

Una de las ventajas de participar en los proyectos de Casa Calviá es establecer vínculos con otras residencias, a través de Adriana Cerecereo, quien tiene ya establecido contacto con “asociaciones de Israel, España, Turquía, donde hay artistas que quieren venir”.

Externó que se abrirán convocatorias y ella junto a otros artistas seleccionará a los artistas que podrán optar por utilizar el espacio de la residencia. “Los artistas vendrán con subsidio de su país, aquí les ofrecemos la estancia y que conozcan Coahuila”, detalló Adriana.

Adriana Cerecero tiene una larga trayectoria en el ámbito académico, por lo que para ella es importante que quienes sean parte de Casa Calviá den charlas en la UadeC, para que los alumnos tengan oportunidad de empaparse del conocimiento de los visitantes.

Casa Calviá es una iniciativa particular que nace literalmente por amor al arte.

Comparte Adriana que ella estuvo 13 años en España, es parte de la Asociación de artistas de Mallorca, “a partir de ahí he estado haciendo nodos con otros museos, galerías, artistas y asociaciones. Me ha permitido conocer otras residencias y ya se les dijo, 'aquí hay un espacio', porque antes les decíamos 'pueden venir', pero el estilo de los artistas no es llegar a hoteles”.

“Aquí el que quiere crear algo puede hacerlo porque tiene en donde”, reiteró Adriana Cerecero, quien está al frente de Casa Calviá.

Y su padre, el pintor Eloy Cerecero enfatizó, “hay mucho qué hacer, yo tengo 90 años, tengo 65 años de pintar y quisiera seguir pintando todavía más”.

Así con el objetivo de llegar a nuevos públicos y convertirse en un referente en el ámbito contemporáneo Casa Calviá inició formalmente su trayectoria.