La llegada de Rafael Márquez a Guadalajara intentó ser una fiesta de bienvenida, pero se convirtió en quince minutos de caos y desorganización. Alrededor de 200 aficionados llegaron hasta la terminal aérea tapatía y fueron quince minutos de empujones, gritos y manoteos por estar cerca del zamorano.

Minutos antes de la media noche, el "Kaiser" apareció en el área de llegadas nacionales. La gente destacada por Atlas hizo lo que pudo, ante la mirada lejana de los guardias de seguridad.

Todo por una “selfie”, un abrazo, un saludo. Estar cerca del hijo pródigo que regresa a enfundarse como la rojinegra.

Hubo momentos en que Márquez Álvarez percibió la calidez de los fanáticos, aunque, tras el caos de aficionados, reporteros, camarógrafos, fotógrafos y curiosos, Rafa se molestó.

Al final de cuentas, entre gritos, cantos y un sinfín de celulares pululando sobre su cabeza, Rafael Márquez se fue en medio del clamor de la Fiel, que esperó años para verlo de regreso.