Canícula y cambio climático

Usted está aquí

Canícula y cambio climático

Desde finales del siglo XIX ha aumentado la temperatura global promedio, a poco más de un grado centígrado. A nivel mundial el calentamiento ha seguido; los últimos 5 años han sido los más cálidos del último siglo

La canícula o sequía intraestival, es el periodo de mayor calor en el año en el hemisferio norte. Es un fenómeno climatológico que se caracteriza por que las lluvias disminuyen y se incrementa la temperatura, se extiende por unos 40 días hasta finales de agosto. 

Si bien, esto se presenta cada año como un ciclo natural, cada año son más intensas las olas de calor, como consecuencia del cambio climático (y seguirán siendo). Junio y Julio han sido los meses más calurosos a nivel mundial de la historia y las investigaciones indican que este fenómeno podría ser más frecuente durante unos 30 años, a causa del cambio climático.

Recordemos que en los últimos 100 años el desarrollo de actividades industriales y urbanas, basadas en el consumo de combustibles fósiles ha incrementado en forma exorbitante las emisiones de gases efecto invernadero, alterando la regulación natural del clima y provocado un cambio sustancial en la velocidad con que aumenta la temperatura global.

Desde finales del siglo XIX ha aumentado la temperatura global promedio, a poco más de un grado centígrado. A nivel mundial, las temperaturas de 2019 fueron superadas solo por las de 2016 y continuaron la tendencia al calentamiento del planeta: los últimos cinco años han sido los más cálidos de los últimos 140 años.

En este contexto toma relevancia reflexionar en las formas de cómo hacemos frente a esas olas de calor cada vez más intensas. El consumo energético aumenta, debido al uso de aires acondicionados, refrigerados, enfriadores, etc. Es un círculo vicioso ya que en su mayoría la energía utilizada es no renovable y esto sólo empeora el problema. Las estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático quedan entrampadas entre la inacción y falta de compromiso por ejecutar una transición energética. 

Cómo podemos hacer que se sufra menos por las olas de calor cada vez más intensas si las viviendas, sobre todo las de interés social, siguen siendo construidas y aprobadas con materiales no térmicos y sin considerar arquitectura sustentable, que siendo algo tan indispensable en el contexto actual, es prácticamente un lujo.  

Necesitamos políticas de vivienda que permita reducir el gasto de energía, con baja huella de carbono, que los habitantes puedan estar bien en sus hogares, sin estratosféricos consumos de energía no renovable para enfriar sus casas en verano y calentarlas en invierno. También necesitamos más y mejores espacios verdes, más árboles de banqueta que contribuyan a reducir la temperatura y capturar más dióxido de carbono. Continuará el cambio climático, es prioritario tomar conciencia y actuar. 

Reconexión Natural
Gabriela De Valle