El 22 de mayo se llevó a cabo la Reunión Interestatal COVID19, en Casa Madero. Participaron siete gobernadores: Coahuila, Tamaulipas, Nuevo León, Michoacán, Jalisco, Colima y Durango.

Miguel Ángel Riquelme señaló a la prensa que los mandatarios buscaban el intercambio de experiencias en materia de salud.

Pero gobernador, para preguntarle a las otras entidades ¿Cómo van? no requiere ceremonial. En principio resulta más útil saber el estatus local de la contingencia. Y para eso pudo preguntarles directamente a los médicos coahuilenses que atienden la pandemia ¿Cómo vamos?

Incluso, si de verdad quería resolver problemas del sector salud pudo preguntarles a médicos foráneos que nos apoyan en la contingencia ¿Qué les hace falta? Le habrían respondido que durante meses no han recibido un salario, que hasta el día de hoy no han firmado un contrato laboral, que la incertidumbre además de sanitaria es jurídica, que el fin de semana los desalojaron del hotel donde se hospedaban y evidentemente ninguna atención recibieron del gobernó estatal.

Esos profesionales fueron llamados por la Secretaria de Salud del Estado de Coahuila con la indicación de prestar sus servicios en el Hospital General de Monclova, Amparo Pape Benavides, a través de Ricardo Gonzales como encargado de Recursos Humanos.

Terrible asunto, pudo arreglarse fácil si hubieran pagado y atendido dignamente con hospedaje al personal médico en lugar de hacer politiquería gastando recursos públicos en escoltas, alimentos y renta de Casa Madero en la ciudad de Parras.

En la cultura popular mexicana hay un viejo refrán que sirve para describir a quien hacía afuera se muestra ejemplar y exigente, pero en privado procede incongruentemente: “candil de la calle, oscuridad de la casa”. No envío indirecta al gobernador, directamente le describo.

El gobierno estatal utiliza la contingencia sanitaria mundial para atemorizar con una posible crisis económica, exaltan las deficiencias históricas en el sector salud del gobierno federal como si fuesen responsabilidad total del presidente actual al mismo tiempo que minimiza las acciones que implementa López Obrador. Maximiza apariciones políticas como heroicas, aunque no asume responsabilidades reales en la administración tomando medidas de austeridad para atender la pandemia.

En resumen, la llamada Alianza del Norte se reunió en Casa Madero para reforzar la política de golpeteo contra el presidente más querido y patriota que ha tenido este país en los últimos tiempos, puro espectáculo contra un político que no es de su partido, porque poco importa realmente el bienestar de las y los mexicanos.

A los siete gobernadores les dedico el último dato para que lo discutan en equipos en su siguiente reunión: Según la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental realizada por el INEGI, tan solo en dos años la confianza en el Gobierno Federal se duplicó. Pasó de 25.5% a 51.2%. Ningún sector tuvo incremento tan marcado en confianza como el Gobierno Federal.

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