Caminar por la ciudad es una diaria odisea

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Caminar por la ciudad es una diaria odisea

Personaje. El académico Carlos Recio un día decidió caminar y no ha parado. | Foto: MAYRA FRANCO
Los beneficios de usar las piernas para trasladarse son variados y enormes. Son económicos, sanos y ecológicos

Desde hace al menos cuatro años, el maestro de la Universidad Autónoma de Coahuila, Carlos Recio, se convirtió en peatón, una decisión que lo ha hecho ahorrar, viajar, cuidar su salud y por supuesto, cuidar el medio ambiente.

El historiador vendió su automóvil hace varios años para viajar a Europa, y desde entonces, a su regreso a Saltillo decidió utilizar el sistema de transporte público para sus traslados y caminar hacia el trabajo. En total camina al menos seis kilómetros diarios.

“Cuando regresé de mi año sabático, me di cuenta que quizá no necesitaría el carro, por un lado la gente se sorprende y te ve por encima del hombro por que no pueden creer que andes sin carro, pareciera que piensan que uno es pobre por no traer auto, pero en realidad he ganado mucho y también ha sido complicado”.

Dentro de los beneficios que Carlos Recio ha obtenido por ser peatón por decisión, está al tema de la salud, pues hace mucho ejercicio y se mantiene en forma por las calles de la ciudad.

CAMINATAS INTELIGENTES

Sin embargo, debido a las distancias tuvo que modificar sus horarios, pues de su casa al trabajo caminando son 20 minutos de ida y un tanto igual de regreso, sin embargo, el catedrático resaltó que dentro de sus caminatas no solo se ha ejercitado, sino ha conocido lugares inimaginables de Saltillo.

“Hasta tengo una app para contar pasos y en vez de ir al gimnasio camino en la calle, y eso se suma al aspecto ecológico por que busco tener una vida más orgánica, y en ese esquema se incluye el gastar menos gasolina, pudiera parecer una resistencia individual ante el mundo global, pero es algo que me ha resultado muy sano”, comentó.

Sin embargo, el saltillense resaltó que “nada es fácil para los peatones, tenemos muchas dificultades” y un ejemplo de ello es la invasión de los automovilistas que no respetan la preferencia y las zonas peatonales.

LOS RIESGOS DE CAMINAR

“Dos veces he estado a punto de ser atropellado, una en Coss y Presidente Cárdenas, por que los vehículos se pasan el amarillo o dan vuelta en lugares prohibidos, entonces invaden el espacio del peatón”.

Se pierde la integridad y la seguridad de los peatones, y a eso se le tiene que sumar que desde los años cincuentas, la capital de Coahuila dejó de ser amigable con los peatones ante el “boom” de los automóviles y de la infraestructura vial, que desde esa época, ha tenido un crecimiento acelerado.

“Desde esa época, en Saltillo se empezó a dañar la cultura del peatón y lo que corresponde a lo automovilistas por que empieza una vorágine en donde nos dicen que el auto es más importante que el peatón, por ello tiraron varios portales, bardas y edificios, para que pasaran los coches”.

HAY BANQUETAS INTRANSITABLES

Además, Carlos Recio aseguró que a nivel de piso, las banquetas de la Zona Centro y la colonia República, donde vive, son un problema pues asegura: “hay partes donde no hay ni banqueta, hay colonias en donde tienes que caminar por partes pedregosas”.

“Y lo peor es que en Saltillo no hay árboles, eso significa que nuestra ciudad no es amigable con los peatones, no hay ningún punto con sombra, han pasado remodelaciones y no se ha plantado ni un árbol, históricamente no tenemos una ciudad arbolada y no es agradable caminar porque no hay árboles que amortigüen los intensos rayos del sol”.