Cambios laborales

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Cambios laborales

Fotos: Especial
Lograr una ‘oficina feliz’ es importante para los negocios. En otras palabras, la felicidad produce resultados, también en el trabajo

En 2012, la reconocida compañía holandesa John de Koning hizo algo sorprendente: decidió que la prioridad número uno de la empresa sería la felicidad de sus empleados.

Su empleador, la firma de informática Incentro, con sede en Utrecht, Holanda, solía operar como un proveedor tradicional de servicios ‘en línea’, con una jerarquía vertical de jefes y personal…

Pero tras un descenso en el mercado entre 2002 y 2005, la gerencia se reinventó para hacer de la compañía un lugar menos ostentoso y más divertido; un sitio en el que les gustara trabajar a jóvenes talentosos y ambiciones de triunfar.

Como resultado de ello ahora hay un trato igualitario para todo el personal, y se comparte toda la información disponible en la empresa.

En vez de la típica estructura piramidal, las personas trabajan en ‘células’ o grupos de 60 o menos, que funcionan de forma independiente.

Al mismo tiempo que esos grupos organizan su propio trabajo, participan en las decisiones más amplias de la compañía e incluso deciden su propio salario.

En vez de tener a altos ejecutivos que ordenan y deciden los aumentos de sueldo, cada ‘célula’ o equipo decide cómo hacer su trabajo  y en qué momento les parece bien hablar sobre sus sueldos.

De haber consenso, toman una decisión colectiva sobre lo que deben ganar, basándose en la información financiera que tienen de la firma y en los avance logrados por los empleados.

“Pero todo está dirigido a un indicador clave: el bienestar del empleado”, señala el Director Ejecutivo de De Koning.

Tampoco se trata de cantar y saltar en la oficina, pero un estudio de 2014 señala que estar contento con lo que haces puede llevarte a ser 12% más productivo.

Beneficios tangibles

El enfoque de Incentro para fomentar la felicidad de su personal es compartido por un creciente número de empresas.

Tanto, que ahora hay un nuevo nicho de ‘consultores de felicidad en el trabajo’ que prometen inyectar alegría y productividad a las empresas.

¿Se puede ser feliz si tienes un trabajo soñado aunque pague poco?

De acuerdo con el economista Jan-Emmanuel De Neve, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, poner la felicidad en el centro de lo que haces trae muchos beneficios. Por lo regular trabajas más duro, pero te pagan bien, y el trabajo te hace sentir lleno de vida”.

De Neve está de acuerdo en que aumentar la felicidad de las personas las hace definitivamente más productivas.

Un grupo de investigadores de Incentro  analizó la lista anual de las mejores compañías para trabajar,según la revista Fortune e hicieron una comparación durante un mismo período de tiempo para valorar su desempeño en los mercados con empresas pares.

Descubrieron que las mejores firmas para trabajar valoraban lo que hacían sus empleados, mientras que los inversionistas de las otras compañías por lo regular no se interesaban  en el bienestar de sus trabajadores.

Es un resultado interesante, comenta De Neve, porque muestra que el costo potencial de mejorar el bienestar es directamente proporcional a la productividad y al mejor desempeño de la empresa.

Nuevas satisfacciones

El cofundador de la empresa Escape the City, Dominic Jackman, dice que las consultorías de empresas potencialmente grandes, se  interesan ahora subir el estado de ánimo en el lugar de trabajo como una forma de aumentar la productividad.

En su más reciente trabajo para el Informe Mundial sobre la Felicidad,de las Naciones Unidas, De Neve encontró que, en todo el mundo, menos del 20% de las personas se involucra activamente en su trabajo, y otro 20% se desentiende de lo que hace.

El economista explica que la participación activa es más que una simple satisfacción.

“Se trata de estar inmerso en el trabajo que haces de una forma positiva, de manera que te conviertes  en un promotor de la misión de la empresa para la que trabajas”.

Si el trabajo es rutina

Más de mil personas insatisfechas con sus trabajos pagaron 2,570 dólares cada una por un curso de 12 semanas organizado por la consultora Escape the City, con oficinas en Londres y Nueva York.

“Los cursos fueron diseñados para ayudar a la gente a destrabarse o a empezar un negocio”, explica el cofundador Dominic Jackman.

Normalmente los participantes tenían edades comprendidas entre los 27 y los 35 años, la mayoría de los cuales eran mujeres con trabajos corporativos que sentían que sus puestos de trabajo carecen de un propósito bien definido.

Muchas, según Jackman, se unieron a grandes empresas a través de programas de reclutamiento de recién graduados.

“Pero eso no asegura tener un trabajo que te haga sentir feliz”, señala Jackman.

En fin, el aumento de la expectativa de vida y una edad más tardía para jubilarse ,significa que las actitudes de las personas hacia los empleos están cambiando.

“Se trata de hacer una diferencia como parte de la sociedad, tener un propósito y hacerlo más sostenible. La gente quiere trabajar para empresas que hagan cosas mejores para el mundo”, agrega Jackman.

Pioneros de la positividad

Según el análisis europeo del economista De Neve, gozar de reconocimiento en el trabajo, donde haya espacio para aprender y la sensación de autonomía y control sobre lo que haces es muy valorado en el mundo de hoy.

Los trabajadores que creen en la misión de la compañía son más felices y más productivos, dice el economista Jan-Emmanuel de Neve.

Para la empresa Corporate Rebels, que ayudó a Incentro a delinear sus ideas, el nuevo enfoque deriva de los cofundadores Pim de Moree y Joost Minnaas, quienes dejaron la vida corporativa para viajar por el mundo y recoger ideas pioneras sobre cómo fomentar un ambiente laboral feliz”, señala Pim de Moree quien le dice a sus clientes que la clave de la felicidad “consiste en moverse de la ganancia al propósito, de la jerarquía a la red de equipos, de líderes que le dicen a la gente lo que tienen que hacer a líderes que preguntan cómo pueden apoyar mejor a su equipo, de las reglas a la libertad y del secretismo a la”.

Corporate Rebels, por suparte, sugiere una administración ‘a libro abierto’ donde todo el mundo está al tanto de los detalles financieros y operacionales del sitio en el que trabajan.

Lo otro es un trabajo que se base en resultados y en el que no importa cuántas horas al día trabajas, siempre y cuando produzcas esos resultados.

Sus historias respaldan los datos mencionados por De Neve sobre el claro vínculo que existe entre el bienestar personal y los resultados financieros exitosos de la empresa. (Lennox Morrison/BBC Capital)

Trabajar menos producir más

Un estudio reciente publicado en el Melbourne Institute Worker Paper concluyó que trabajar tan solo 25 horas a la semana sería beneficioso, tanto para la empresa como para los empleados.

Pero, ¿cómo explicarle a un jefe que trabajar cuatro días por semana sería más productivo para la compañía? 

El argumento que dan los investigadores australianos es que la sobrecarga laboral (55 horas semanales) desemboca en estrés y fatiga, que a su vez anula las capacidades del trabajador. 

Los  trabajadores que reducían su jornada a 25 horas semanales, mejoraban su rendimiento cognitivo: memoria de corto y largo plazo, razonamiento ejecutivo y razonamiento abstracto, encontró el estudio australiano del Melbourne Institute.

“Según los expertos, a partir de los 40 años hay ciertas facetas de la mente que se quedan en punto muerto, y esa falta de concentración y cansancio se notará más a partir los 50 años. 

Pero reducir las horas de trabajo de forma moderada puede ayudar a mejorar la salud y la motivación.

Esta es la razón por la que  se están estudiando nuevas fórmulas para lograr una jornada laboral más corta”, explica Isabel Aranda, doctora en Psicología del Trabajo. 

En un futuro, dice Aranda, “el trabajador de cierta edad podría reducir su jornada y empezar a cobrar parte de su pensión, al mismo tiempo que sigue cotizando. De esta forma no perdemos el know how  ni la experiencia de un empleado veterano, que equilibra los tiempos de trabajo con los de descanso y ocio, a la vez que mejora su salud física y mental”.

Reinventar el trabajo

En la misma línea para aprovechar mejor el talento senior se posiciona Nekane Rodríguez, directora de Lee Hetch Harrison, una consultora que se encarga de ayudar a encontrar trabajo a los veteranos, de entre 41 y 50 años, que deseen mantenerse en el mercado laboral.

“La prioridad que tenemos es preparar líderes que ayuden a construir entornos laborales inspiradores. Deberíamos pensar en opciones más flexibles, alternativas para nuestro talento senior, que quiere continuar en activo. 

Cada vez son más los estudios y publicaciones que sugieren las ventajas del modelo ‘four-day-week’, que plantea no solo beneficios psíquicos y físicos para el trabajador, sino también su repercusión positiva en la productividad empresarial.

Más horas en menos días

Un reciente estudio Sobre la Conciliación en las Empresas, publicado por el Foro de Empresas Socialmente Responsables, dice que trabajar menos horas a la semana podría mejorar el rendimiento laboral, no mediante una reducción de las horas de trabajo, sino mediante una mejor “concentración del trabajo”.

Por ejemplo, el estudio propone “implantar una jornada semanal comprimida, de tal manera que se trabajen más horas cuatro días a la semana y se descansen tres. 

En este caso se pueden establecer días diferentes de descanso según las necesidades de cada trabajador y según los reqerimientos de producción de la empresa. Esta medida permite un horario más amplio de atención al cliente al mismo tiempo que facilita la conciliación”. 

(Beatriz Portinari/BBCLaboral)