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Cada vez más vehículos, necesitamos alternativas de movilidad
Hoy en día, la movilidad se ha convertido en un tema prioritario que está estrechamente ligado a la competitividad económica y productividad de las ciudades, así como al bienestar de las personas y a su calidad de vida, en primero lugar, por el acceso fácil y seguro al transporte; en segundo, por la contaminación ambiental que genera.
En México, como en la mayoría de los países, se ha priorizado la movilidad a través de automóviles privados, el diseño de las ciudades y la dotación de infraestructura y señalética está orientada hacia los vehículos, dejando de lado a la gente que camina o anda en bicicleta. La opción de moverse en transporte público, no motiva lo suficiente ante la deficiencia y precariedad del servicio, un problema constante en la mayoría de las ciudades independientemente de su tamaño, que continúa sin ser abordado con la atención y seriedad que implica. En un contexto como este, resulta más cómodo y seguro moverse en auto propio, incluso en distancias cortas.
Esta situación totalmente normalizada directamente promueve el uso y la compra de automóviles particulares, razón por la cual en México entre 1990 y 2015 la cantidad de vehículos creció a una tasa promedio anual del 5.3 por ciento, frente al 1.5 por ciento que crece la población anualmente en nuestro país. En 2018 en la zona metropolitana de Saltillo, Ramos Arizpe y Arteaga se registraron 361 mil 897 vehículos en uso, que representan 40 por ciento del total del estado. Si lo comparamos la población mayor de edad en esta zona, obtenemos que por cada vehículo hay 1.7 personas, en promedio.
Ese crecimiento en el parque vehicular ha complicado la problemática urbana, genera una fuerte congestión en las vías y la movilidad se ve afectada, la distancia que sin tráfico se puede recorrer en corto tiempo, ahora se triplica. Nos enfrentamos entonces a la paradoja de movilidad en la ciudad, cuando la dinámica es tan acelerada y el tiempo tan valioso, parece una contradicción de la modernidad que se pierda tanto tiempo atorado en el tráfico.
Hace falta fortalecer la política pública de movilidad, porque actualmente se continúa invirtiendo en infraestructura vial y se deja de lado los criterios ambientales y sociales que permitan tener alternativas de transporte no motorizado, que se pueda caminar o andar en bicicleta no sólo con fines recreativos. Por ello también es importante integrar los espacios públicos a la movilidad de los ciudadanos y definitivamente impulsar una nueva cultura en la ciudad, donde las personas sean la prioridad y tengan opciones de andar en su ciudad, no necesariamente en vehículo.
Cierro con las palabras de Salvador Rueda, promotor del urbanismo ecológico “es necesario transformar las ciudades para salvar el planeta” y crear un modelo de movilidad sustentable es prioritario.
Reconexión Natural
Gabriela de Valle