Cada uno es artífice de su ventura

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Cada uno es artífice de su ventura

El Quijote II, 66

De regreso a su aldea, luego de ser vencido por el Caballero de la Blanca Luna, lo que le hará dejar durante un año la andante caballería, don Quijote se lamenta de su desdicha, que de ninguna manera fue cobardía.

Sancho Panza trata de animarlo y le dice que: “tan de valientes corazones es, señor mío, tener sufrimiento en las desgracias como alegría en las prosperidades; y esto lo juzgo por mí mismo, que si cuando era gobernador estaba alegre, ahora que soy escudero de a pie no estoy triste, porque he oído decir que esta que llaman Fortuna es una mujer borracha y antojadiza, y, sobre todo ciega, y así, no ve lo que hace, ni sabe a quién derriba y a quién ensalza”.

Don Quijote responde a Sancho: “Lo que te sé decir es que no hay Fortuna en el mundo, ni las cosas que en él suceden, buenas o malas que sean, vienen acaso, sino por particular providencia de los cielos, y de aquí viene lo que suele decirse: que CADA UNO ES ARTÍFICE DE SU VENTURA. Yo lo he sido de la mía”.

Lo que don Quijote quiere decir a Sancho con este refrán es que la suerte o ventura de cada quien es más bien resultado de las propias acciones y no, como afirma su escudero, de esa “mujer borracha y antojadiza” llamada Fortuna. En nuestro país se suele decir: “cada quien es el arquitecto de su propio destino”.

@jagarciavilla